Seawing se monta en la proa del barco y se despliega mediante una simple operación desde el puente en ciertas condiciones meteorológicas para ayudar a propulsar el buque usando la fuerza del viento.
El uso de este sistema “contribuye en gran medida a la reducción de la carga ambiental asociada con la operación del barco”, asegura la naviera. En un granelero, por ejemplo, el sistema puede reducir las emisiones en más del 20%, aproximadamente, es decir, unas 5.200 toneladas de CO2 al año, según pruebas realizadas por Airseas.
El acuerdo entre K Line y la empresa de tecnología es por un periodo de 20 años.