BARCELONA · El Protocolo, aprobado el pasado mes de mayo, contempla criterios interpretativos y operativos para la actuación de los profesionales de la seguridad y de otros actores que tienen incidencia o prestan sus servicios en el ámbito de la seguridad, del ocio y el transporte cuando se encuentren frente a conductas de violencia sexual, tanto aquellas previstas en el Código Penal, como aquellas no previstas pero que se consideren constitutivas de infracción administrativa.
La adhesión formal de la Policía Portuaria, ya contemplada en el texto del protocolo, supone un paso más en la coordinación de los agentes portuarios con el resto de profesionales de la seguridad de Catalunya y con el resto de actores y operadores que tienen incidencia en el ámbito de la seguridad, del ocio y el transporte, desde técnicos municipales hasta personal de control de acceso, inspectores, camareros o conductores, entre otros.
El protocolo es pionero interrelacionando los entornos de ocio con el espacio público y el transporte y permitirá dotar de contenido y criterios interpretativos al acoso sexual no penal, facilitando la identificación de estos comportamientos para que puedan ser sancionados adecuadamente.
Así, la Policía Portuaria adaptará los protocolos internos y procedimientos para asegurar el cumplimiento de los estándares establecidos a la vez que los agentes recibirán una formación especializada para garantizar una aplicación efectiva del protocolo y las actuaciones contempladas por estos casos, tanto hacia la persona agresora como con el resto de personas implicadas.
El jefe de la Policía Portuaria de Barcelona, Jaume Molina, ha destacado la importancia de actuar de forma coordinada con el resto de profesionales de la seguridad. “Adhiriéndonos a este protocolo reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad y la igualdad en todos los ámbitos en los que operamos. Seguiremos trabajando para garantizar espacios seguros e igualitarios para todos”, ha declarado.