El presidente subrayó que antes de esa fecha es poco probable puesto que la tramitación de impacto ambiental que requiere para su puesta en funcionamiento no estará lista hasta el próximo mes. Una vez aprobado dicho documento, Enagás, propietaria de la instalación, podrá consolidar la autorización administrativa con la que ya cuenta y continuar con los trámites necesarios para su puesta en marcha.
"El trámite medioambiental de la regasificadora debería terminar en septiembre, y todo apunta a que, si todos estos trámites acaban este año, Enagás pueda sacar en 2020 el concurso para operar la planta", comentó Lourido.
Fue el pasado febrero cuando se reinició la tramitación medioambiental de la planta y, si las previsiones se cumplen, dicho trámite podría quedar cerrado el próximo mes.
El objetivo de la compañía gasista es utilizar la instalación como hub europeo. "La regasificadora de Gijón está pensada precisamente para que entre gas procedente del sur, se almacene y se redistribuya en barcos pequeños hacia el norte de Europa", apuntó el presidente.
Enagás prevé un tráfico de 50 barcos al año que cargarán y descargarán gas natural licuado en los dos grandes depósitos levantados ya en el puerto, cada uno de ellos con una capacidad de 150.000 metros cúbicos. La Autoridad Portuaria de El Musel ha incluido estas previsiones de tráficos en su Plan de Empresa para 2021.