Las asociaciones aseguraron que ya han reclamado en reiteradas ocasiones que en Europa solo existan dos puertos de entrada para la importación de cítricos, medida necesaria para garantizar las inspecciones fitosanitarias y aplicar las medidas de control adecuadas.
Para las asociaciones, el de Castellón “es uno de los muchos puertos por los que entra naranja originaria de otros países que están aumentado exponencialmente sus niveles de producción”
Según las asociaciones, durante los últimos cinco años las importaciones de agrios procedentes de Egipto se han disparado un 83%, al pasar de 184.000 toneladas en 2014 a 339.000 en 2018. “Pero no es Egipto el único país problemático en el contexto de esa competencia desleal que sufren los productores españoles, ya que también Sudáfrica, o Turquía inundan con sus producciones citrícolas, durante distintos períodos de la campaña, los mercados europeos”.