CLIA presentó ayer en Madrid su balance del sector crucerístico de 2023 y previsiones para 2024, que muestra un evidente menor dinamismo en España frente a la evolución del conjunto del turismo.
madrid. De la mano de la directora general para Europa de CLIA, Marie Caroline Laurent, y del director general en España, Alfredo Serrano, la Cruise Lines International Association realizó ayer en Madrid un profundo análisis de la situación del sector con importantes luces, algunas sombras y el siempre trascendental reto de la sostenibilidad sobre la mesa.
Como mercado emisor, en 2023 más de 586.800 turistas españoles disfrutaron de un crucero, superándose las cifras por fin de la pandemia y situando a España como cuarto mercado emisor en Europa y el noveno del mundo.
Como mercado receptor, los puertos españoles registraron en 2023 más de 12 millones de movimientos de cruceristas, también por encima de los datos de la prepandemia y en un contexto del Mediterráneo como mercado refugio y dentro de una recuperación que llegó con retraso tras un primer semestre de 2023 “flojo” y con muchas dudas, tal y como expuso Alfredo Serrano.
Con este punto de partida, la primera mitad de 2024 también genera ciertas reservas en el análisis. Hasta mayo, que es el último mes para el que Puertos del Estado tiene publicado los datos de tráfico, el crecimiento en los puertos españoles de los cruceristas alcanzó el 7%, gracias al excelente comportamiento de la temporada en Canarias.
Ahora bien, el sector turístico creció en España en igual periodo, según Alfredo Serrano, un 14%, es decir, los cruceros están siendo menos dinámicos al crecer a un ritmo que es la mitad que el conjunto sectorial.
Por otra parte, la segundo mitad de 2024 no se espera que sea mucho mejor y según el director general de CLIA España, lo previsto es una ralentización que sitúe el crecimiento al cierre del año en el 5%, frente al 12% del sector turístico, es decir, una distancia aún mayor.
En 2024 el turismo crucerístico creció en España hasta mayo un 7%, frente al +14% del sector turístico español
En algunas áreas concretas, esta divergencia es aún más evidente. En el caso de Palma, segundo mercado crucerístico nacional, 2023 se cerró aún un 15% por debajo de los niveles prepandemia, cuando el sector turístico en Baleares se situó un 7% por encima de la evolución preCOVID, es decir, que la diferencia de los ratios entre ambos ámbitos es de 22 puntos.
Por si esto fuera poco, de cara a 2024 Alfredo Serrano prevé que el crecimiento crucerístico en Baleares va a ser de prácticamente cero. Por contra, se espera un incremento del turismo en la isla del 15%, agrandando aún más la distancia.
El memorándum firmado entre las navieras y la capital balear en 2022 para establecer determinados límites en las escalas explicaría esta evolución de los cruceros.
Hay que destacar que el diferente dinamismo con respecto al sector crucerístico en general también se observa en el caso del Puerto de Barcelona.
Mientras que en 2024 los tráficos de cruceristas están creciendo en el Puerto de Barcelona hasta mayo un 4%, el crecimiento en el Aeropuerto de El Prat está siendo del 12%, es decir, tres veces más.
En este caso, Serrano recordó ayer que todo el crecimiento en Barcelona está siendo de tráficos de cruceros como puerto base, que es la prioridad que se marcó la alcaldía.
La proyección para el resto de 2024 no sería mucho más optimista. Sin ir más lejos en mayo no hubo prácticamente crecimiento de cruceristas en Barcelona y el rato de final de año se espera inferior al de los primeros cinco meses, dijo Serrano.
EN DETALLE
El menor dinamismo del turismo de cruceros en el contexto del sector crucerístico español coincide con una fortaleza del mismo inusitada. De acuerdo con los datos expuestos durante la rueda de prensa ayer de CLIA, mientras que a nivel mundial hasta el cierre de 2024 no se van a superar los índices prepandemia, el sector turístico español ya cerró 2023 por encima de los niveles de 2019. Entonces la facturación alcanzaba los 200.000 millones de euros con un peso en el PIB del 14,1% ,mientras que en 2023 se superaron los 212.000 millones de euros y un peso en el PIB del 14,5%. En 2024 la previsión es alcanzar los 225.000 millones, un peso en el PIB del 15,2% y 1 de cada 7 trabajadores siendo empleado en el sector turismo.
Barcelona: así es el verdadero impacto del sector crucerístico
CLIA aprovechó la rueda de prensa de ayer para reiterar el verdadero impacto del sector crucerístico en la economía y su papel de liderazgo en el campo medioambiental.
El mejor espejo para ello es el Puerto de Barcelona, sobre el que se ofrecieron datos actualizados.
La facturación anual que el sector crucerístico genera en Catalunya asciende a 1.083 millones de euros, lo que implica que cada crucerista contribuye con 518 euros. El sector genera en este comunidad 9.086 puestos de trabajo.
Del total de turistas que visitan Barcelona, los cruceristas son apenas el 8%, si bien por ellos el Ayuntamiento recauda el 15% del total de la tasa turística. La aportación del sector por esta vía ascendió en 2023 a 8 millones de euros. Pero es más, hablamos de 230 euros/día de gasto medio por crucerista en la ciudad, de tal forma que se alcanzó el 20% del impacto total del sector turístico en la ciudad.
La evolución es también muy importante en lo que respecta a las iniciativas para fortalecer el impacto económico del sector crucerístico en Barcelona.
Si en 2016 el 68% de las escalas de cruceros en Barcelona eran como puerto base, en 2023 esas cifras escalaron al 79%. Es más, en 2024, el 53% de todos los movimientos de cruceristas en Barcelona estarán ligados a escalas como puerto base.
En este contexto, también es muy importante subrayar el avance en el ámbito de la desestacionalización. En 2023, se logró que el 72% de las escalas se produjeran fuera de los meses de verano.
Cobra importancia el menor dinamismo de los cruceros en Barcelona frente al resto del sector turístico. Los cruceros crecieron en 2023 un 3,1% frente al incremento de todos los turistas del 4,3% y de los pasajeros en El Prat del 8%.
En 2024 el 38% de los pasajeros llegará o partirá del Puerto de Barcelona en buques propulsados por GNL, lo que evidencia la senda sostenible emprendida.
