VALENCIA. Estos ecosistemas son los responsables de la absorción de un 25% de las emisiones de dióxido de carbono en el medio marino, además de crear importantes cantidades de oxígeno. “Las praderas de posidonia son unos sumideros de CO2 excelentes”, ha asegurado Picazo, que además ha incido en otra de sus ventajas, como la protección de fondo marino frente a la erosión.
Picazo ha hecho estas declaraciones durante la jornada “Green Posidonia y ODS: innovación y emprendimiento”, que se enmarca en un proyecto de innovación llevado a cabo entre el Ayuntamiento de Valencia y el Centro de Formación Folgado, y que está orientado a la Misión Climática Valencia 2030. El objetivo de este proyecto es fomentar el conocimiento sobre la posidonia oceánica y concienciar a las nuevas generaciones sobre la importancia de estos ecosistemas.
Desde Centro de Formación Folgado han hecho hincapié en que es fundamental trabajar en la protección de esta planta marina, declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Centro de Formación Folgado se encuentra en pleno desarrollo de este proyecto, junto con el laboratorio de innovación de Valencia (Las Naves), con la vista puesta en la capitalidad verde europea de Valencia para el año 2024.
Mario Picazo ha advertido del deterioro de esta planta “por las altas temperaturas del agua marina, la contaminación y la acción del ser humano”. Por ello, ha instado a las administraciones públicas a articular medidas y acciones concretas que extiendan la población de estos ecosistemas por todo el Mediterráneo.
