El próximo sábado se cumplen, por tanto, 99 años de esta efeméride. Entre las metas de aquella asociación destacaba “la voluntad de crear una federación a nivel nacional, como lo demuestra el que, solo un año después, se redactan y aprueban los Estatutos correspondientes”, explican desde la actual asociación. La entidad “se enfrentó con una importante polémica sobre los derechos de despacho de buques, ya que en esa época, los entonces Corredores Intérpretes Marítimos denunciaban el que dicha prerrogativa era suya. El conflicto finalizó con una resolución favorable a los consignatarios a nivel judicial”, rememoran.
La agilización del tráfico, de la documentación y de los sistemas burocráticos, fueron otros de los problemas que preocuparon a la asociación en los años 20, que exigía de entrada una reforma de las ordenanzas de aduanas vigentes en aquel entonces. Los trabajos asociativos fructifican en 1926 con la constitución de una Federación de Consignatarios en la que participan las asociaciones de los puertos de Barcelona, Bilbao y Valencia.
Posteriormente, la Asociación trabajó hasta conseguir que la Cámara Oficial de Comercio fuera denominada también de Navegación. A finales de los años 20, la entidad se vio afectada por una gran conflictividad portuaria, hasta que el 19 de julio de 1936, recién iniciada la Guerra Civil, fue asaltada su sede social y asesinados algunos de sus asociados.
Finalizada la Guerra Civil y debido a la prohibición de las asociaciones, el sector se organizó bajo denominaciones como Gremio de Consignatarios de Barcelona o, Servicios Sindicales Portuarios. En 1977, con la entrada en vigor de la Ley de Asociaciones, se recuperó la antigua denominación bajo la presidencia de Jaime Oliver, quien era responsable de la Asesoría de Consignatarios desde 1972.