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Port Tarragona instala arrecifes artificiales para recuperar la biodiversidad marina

  • Última actualización
    20 agosto 2024 14:01

A finales de julio de 2024, se completó con éxito la instalación de ocho arrecifes en el Parque Subacuático del Puerto de Tarragona, ubicado en la parte exterior del dique de Llevan.

TARRAGONA · Esta iniciativa forma parte del Plan de Sostenibilidad de Port Tarragona con horizonte 2030 y se enmarca dentro del compromiso de la Autoridad Portuaria con la sostenibilidad, así como con la conservación y recuperación del medio marino.

Este último proyecto se ha llevado a cabo en colaboración con la empresa Ocean Ecostructures, especializada en la renaturalización de espacios marinos. La recuperación de la vida marina contribuye a la descarbonización, mediante la captura de CO2, al mismo tiempo que mejora la calidad del agua. Además, el monitoreo de las estructuras sumergidas permite no solo constatar la evolución de los procesos de colonización natural, sino también detectar la posible llegada de especies invasoras.

Experiencia anterior en el Puerto de Tarragona

Las ocho estructuras instaladas previamente dentro del Puerto de Tarragona son conocidas como LBU (Life Boosting Unit o “unidades potenciadoras de vida”). Se trata de estructuras sumergidas y fijadas a las paredes de concreto de los muelles, que actúan como microarrecifes que imitan ecosistemas reales. Su monitoreo ha permitido constatar que han sido colonizadas por más de 32 especies, las cuales han contribuido a fijar más de 133 kg de CO2 y han acumulado más de 314 kg de biomasa. Algunas de las especies más observadas en el Puerto de Tarragona son moluscos de la familia Balanidae y del género Mytilus, algas rojas del orden Ceramiales, hidrozoos como Eudendrium racemosum, briozoos como Schizoporella errata y poliquetos como Spirobranchus triqueter.

Sistema pionero

En cuanto a los ocho nuevos arrecifes instalados recientemente en el Parque Subacuático, Ocean Ecostructures ha adaptado su tecnología, originalmente diseñada para los muros de concreto sumergidos de los muelles, a los lechos marinos. El nuevo sistema de anclaje, conocido como “Seabed”, está diseñado para favorecer la adherencia y colonización de especies bentónicas marinas. Las unidades se han dispuesto estratégicamente en dos grupos de cuatro, formando círculos para crear un espacio atractivo para las especies marinas. Las estructuras se encuentran entre los 20 y 22 metros de profundidad en una zona con fondos arenosos. Entre ambas zonas se ha colocado una cuerda blanca para facilitar la localización de los dos grupos de arrecifes en condiciones de poca visibilidad.