Esto significa que los territorios costeros, donde además hay una mayor presión demográfica, serán más vulnerables a fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones. “Es evidente que este fenómeno puede tener consecuencias devastadoras para ciudades portuarias donde, además de grandes concentraciones de población y riqueza, se alojan funciones esenciales para el funcionamiento de la economía global”, explica a este Diario el doctor José M. Pagés Sánchez, International Project Manager de AIVP.
Por este motivo, la adaptación al cambio climático es el objetivo número 1 de la Agenda 2030 de la AIVP para ciudades y puertos y será uno de los temas a tratar en la próxima conferencia de la AIVP que tendrá lugar en Bruselas, el 25 y 26 de noviembre.
Asimismo, para responder a este desafío, como indica el profesor Austin Becker en su artículo “Preparando los puertos y las ciudades portuarias para el cambio climático: Mitigación y adaptación”, es necesario desarrollar una doble estrategia. Por un lado, hay que intensificar esfuerzos para reducir o eliminar las emisiones contaminantes que contribuyen al calentamiento del planeta y, por otro, es necesario tomar medidas claras para adaptar los territorios costeros a estas nuevas condiciones que se intensificarán en las próximas décadas.
En Róterdam, la autoridad portuaria está desarrollando desde hace años una estrategia para asegurar que su territorio es resiliente contra inundaciones y la subida del nivel del mar
Relación con la ciudad
En este escenario, destaca el caso de Róterdam, que está liderando estos esfuerzos de adaptación y mitigación del cambio climático.
“En Róterdam, la autoridad portuaria está desarrollando desde hace años una estrategia para asegurar que su territorio es resiliente contra inundaciones y la subida del nivel del mar”, confirma José M Pagés Sánchez.
Esta estrategia combina desde proyectos de ingeniería de gran escala como la barrera de Maeslant (unas compuertas que protegen la principal vía navegable del puerto), a la construcción de zonas portuarias elevadas de 3 a 6 metros por encima del nivel del mar, programas de sensibilización con las empresas portuarias sobre las amenazas que implica el cambio climático y la gestión del riesgo de inundaciones.
Además, “esta estrategia se está desarrollando en colaboración con el ayuntamiento y otras instituciones desde una escala regional, incluyendo acuerdos específicos. Estos acuerdos permiten una mayor cooperación institucional para evaluar riesgos y definir nuevas medidas, analizando las diferentes zonas del puerto de Róterdam que, no lo olvidemos, es un territorio que se extiende por más de 40 km”, apunta el International Project Manager de AIVP.
Las conclusiones destacaron que, en el territorio portuario, los daños serían sobre todo de índole económica, con reducidos daños ambientales y sin pérdida de vidas humanas
Uno de los proyectos desarrollados ha sido la barrera de Maeslant, unas compuertas que protegen la principal vía navegable del puerto. Foto: Viisoreanu Florin Gabriel. Estrategias
La Autoridad Portuaria de Róterdam evaluó cada una de las zonas basándose en cuatro criterios: el daño económico, el daño medioambiental, el riesgo para la vida y los trastornos sociales. Las conclusiones destacaron que, en el territorio portuario, los daños serían sobre todo de índole económica, con reducidos daños ambientales y sin pérdida de vidas humanas.
“Los efectos económicos derivan de la interconexión entre las diferentes actividades portuarias, ya sea a través de infraestructuras o de los propios servicios que unas empresas ofrecen a otras, que en muchos casos se expanden más allá de los límites portuarios”, concreta Pagés.
Sobre las estrategias de adaptación de los territorios portuarios del enclave holandés al riesgo de inundaciones, apuntar que éstas se basan principalmente en tres medidas: medidas preventivas materiales para reducir riesgos, incluyendo nuevas barreras y protecciones; la adaptación del espacio portuario en sí, incluyendo la elevación de zonas o impermeabilización de edificios y equipamientos; y la gestión de crisis, aprendiendo a controlar una situación de inundación con procesos y planes de emergencia.
“Los tres tipos de medidas mencionados se deben combinar, dependiendo del contexto específico de la zona del puerto, su probabilidad de inundación y el tipo de actividad”, concluye el International Project Manager de la AIVP.
Naturaleza
En Róterdam la vía de acción está basada en la colaboración puerto-ciudad pero, en otros casos, las soluciones basadas en la naturaleza son igualmente una parte de la solución. “En el puerto de San Diego se están desarrollando proyectos piloto que combinan la protección del borde costero con el incremento de la biodiversidad local, en nuevos arrecifes. Estos esfuerzos deben ser complementados con los sistemas de alerta temprana, que permitan a la población y empresas a prepararse para el impacto de una tormenta, basados en innovadores sistemas de datos que mejoren los pronósticos y faciliten la gestión de estos eventos, como ocurre en eThekwini (Durban) en África del Sur”, afirma el doctor José M Pagés Sánchez, International Project Manager de AIVP.
Los efectos de la subida del nivel del mar serán aún más extremos y devastadores en zonas como las islas del sudoeste del océano Índico, que quedarán parcialmente sumergidas, incluyendo varias zonas portuarias. “Además, debemos tener en cuenta las consecuencias del cambio climático para las ciudades portuarias fluviales, que se encuentran expuestas a graves inundaciones como vimos este pasado verano”, añade. Por este motivo, alerta el experto, la urgencia para actuar “es evidente, hay evidencias científicas más que suficientes” y “no hay que olvidarse que, en simultáneo, es necesario invertir en otras iniciativas que contribuyan a mitigar el cambio climático y sus devastadoras consecuencias, apostando por la transición energética hacia combustibles sostenibles”.
Mapeando las posibles consecuencias para encontrar las mejores solucionesEl riesgo de inundaciones aumentará en el puerto de Róterdam y las áreas circundantes durante las próximas décadas como resultado del cambio climático y, en particular, del aumento del nivel del mar. Según las investigaciones, las áreas dentro de los diques están protegidas por una red de diques y barreras. Esto no es válido para las áreas fuera del sistema de defensa contra inundaciones, como el puerto de Róterdam. “En este caso, las empresas y los propietarios de los activos tienen la responsabilidad de tomar medidas para limitar las consecuencias de las inundaciones y los daños que se deriven de ellas - explica Marc Eisma, asesor de gestión medioambiental del Puerto de Róterdam, a AIVP - nuestro objetivo es garantizar que el puerto siga siendo un lugar seguro para los negocios”.
Por ello, el enclave está analizando los posibles riesgos de inundación y cómo prevenirlos o gestionarlos. “Estamos desarrollando una estrategia de adaptación para hacer frente al riesgo de inundaciones en colaboración con el Ayuntamiento de Róterdam, otras organizaciones gubernamentales, las empresas y los propietarios de servicios públicos. Estamos mapeando las probabilidades y consecuencias de las inundaciones, sopesando los riesgos y enumerando y seleccionando las medidas adecuadas”, detalla el asesor.
La Autoridad Portuaria de Róterdam y el Municipio de Róterdam anunciaron los acuerdos sobre cómo mantener la gestión del riesgo de inundaciones en el puerto y la zona industrial, en febrero. Estos acuerdos se derivan en parte de la participación de la Autoridad Portuaria y del municipio en el Programa Delta de Rijnmond-Drechtsteden. El área del puerto se encuentra dentro de los límites del municipio de Róterdam y la Autoridad Portuaria (propiedad tanto del estado como del municipio) es responsable de su desarrollo y gestión.
Los depósitos de gas vacíos están situados a 3.000 metros de profundidad en el Mar del Norte, a unos 20 kilómetros de distancia de la costa. Infografía: Puerto de Róterdam. Porthos: el almacén de CO2 de la industria portuaria de RóterdamEl territorio de Róterdam no solo se prepara para el futuro en el ámbito de la resiliencia frente a las inundaciones y la subida del nivel del mar, también cuenta con unos de los proyectos más destacados para reducir las emisiones de CO2 en el ámbito portuario: Porthos (Port of Rotterdam CO2 Transport Hub y Offshore Storage).
Programado para almacenar una cantidad anual de 2,5 millones de toneladas de dióxido de carbono generado por la industria del puerto de Róterdam en campos de gas vacíos debajo del Mar del Norte, Porthos cuenta con financiación para los próximos 15 años. Las cuatro empresas que van a utilizar el sistema Porthos son Air Liquide, Air Products, ExxonMobil y Shell y recibirán un total de 2.000 millones de euros del programa SDE++.
La captura y almacenamiento de CO2 (conocida como CCS) es una de las formas más económicas de cumplir los objetivos climáticos a corto plazo.
Entre 2008 y 2019 se invirtieron unos 4.500 millones de euros en numerosos proyectos de los Países Bajos con los que se consiguió reducir las emisiones en 42 millones de toneladas de CO2. Incluso con menos de la mitad de esa inversión, el proyecto Porthos logrará una reducción de emisiones muy similar (37 millones de toneladas de CO2 en un periodo de 15 años). Las previsiones son que, a partir de 2024, el proyecto pueda almacenar aproximadamente 2,5 millones por año.
Porthos es una empresa conjunta entre la Autoridad del Puerto de Rotterdam, Gasunie y EBN. Cada una de las organizaciones aporta su propia experiencia y conocimientos. El Puerto se centrará en la situación y el mercado local; Gasunie, en la experiencia en infraestructuras y transporte de gas y EBN compartirá su experiencia en área de capas de suelo más profundas e infraestructuras mar adentro.