¿Cuál es su palabra logística favorita?
Millones de toneladas.
¿Tiene algún apodo?
Creo que no.
Ciudad pendiente de visitar.
Orán y Ghazaouet.
Una ciudad para vivir.
Almería.
Un libro.
“El Conde de Montecristo”.
Una película o serie.
“Tiempos modernos”, de Chaplin.
Un cantante/grupo/disco.
Fito.
Un cuadro o escultura.
El “Raj Ghat”.
Una manía.
La higiene.
Una pasión.
La naturaleza.
Una persona a la que admire.
La Madre Teresa de Calcuta, por su dedicación al prójimo.
Personaje de ficción favorito.
Guido Orefice, de “La vida es bella”.
Un animal.
El águila.
¿Toca algún instrumento?
Me apasiona la música, pero no un instrumento en particular.
¿Cómo se llama el grupo de whatsapp de sus amigos?
Tengo varios.
Cuando era niña, ¿qué quería ser de mayor?
Bailarina de danza clásica.
Y en su próxima vida, ¿qué querrá ser?
No pido más para otra vida, estoy agradecida.
¿Picking o packing?
Los dos procesos están concatenados.
¿20 o 40 pies?
Toneladas de yeso.
¿Ha pedido algún autógrafo en su vida?
No, no soy en absoluto idólatra.
¿Cuál es su masa máxima autorizada?
La falta de respeto a los más vulnerables.
Díganos el nombre concreto de una persona -fuera del ámbito político- a la que nombraría ministro o ministra de Transportes.
A un universitario cualificado.
¿Cuál es su mejor marca personal?
Ser una buena madre.
Cuando no piensa en logística, ¿qué es lo que más le gusta hacer?
Leer.
¿Qué le infunde más temor?
La estupidez.
Si tuviera que trabajar directamente en una rama/eslabón concreto de la cadena logística, en una actividad/profesión determinada, ¿cuál elegiría?
En recursos humanos, me especialicé en ello. Considero que las personas son el motor de la gestión.
¿Cuál es su máxima en la vida?
La empatía y consideración.
Le apasiona el sector logístico porque...
Representa la perspectiva positiva de la globalización.