En concreto, Shanghai cuenta con 288 conexiones directas desde sus terminales, situándose en el puerto mejor conectado de 2020, por delante del puerto de Busan, con 274 conexiones directas; Amberes, con 268 conexiones y Rotterdam, con 264 conexiones.
La conectividad de Shanghai destaca la hegemonía en el transporte marítimo que el continente asiático ejerce sobre el resto de puertos del mundo, a pesar de haberse visto afectado también por la epidemia del Covid-19.
En base al informe de UNCTAD, en el segundo trimestre de 2020, un total de 939 puertos de todo el mundo estuvieron operando servicios de líneas regulares.
Desaceleración
Esto coincide con la previsión de Clarksons, explica ANAVE, que analizó una desaceleración en la demanda del transporte marítimo mundial ya en 2019.
En concreto, y a pesar del sólido crecimiento de un 4,2% en 2017, la demanda de transporte marítimo mundial bajó al 2,7% en 2018 y a solo un 0,6% en 2019. No obstante, se alcanzó un récord histórico de toneladas transportadas, con 11.887 millones.
Para 2020, Clarksons prevé una bajada del 5,5% en toneladas transportadas en el comercio marítimo mundial, con un mayor descenso del 10,2% en contenedores. En opinión de ANAVE, la crisis derivada del Covid-19 ha provocado que las empresas navieras en general, y muy especialmente las que operan buques de pasaje, “hayan tenido que afrontar varios meses amarrando buena parte de su flota y operando el resto sin poder cubrir sus costes y, hasta ahora, casi sin apoyo público”.
Por ello, añade ANAVE, “en los próximos meses, será importante poner en marcha un plan de relanzamiento del sector, que será fundamental para la recuperación económica de nuestro país”.