STS Transfer Line, presenta su nuevo sistema patentado a escala internacional y cuya aplicación se traduce en grúas de muelle portacontenedores con una eficiencia energética superior al 70%, una alternativa que, además, dispara el rendimiento: son capaces de descargar 2,6 contenedores en el mismo tiempo en el que las actuales grúas descargan 1.
VALENCIA. Sus creadores indicaron que una de las razones de ser de STS Transfer Line es que, actualmente, en los puertos se supervisan alrededor de un 3,4 % de los contenedores que van del barco al muelle. Se trata de una estadística directamente relacionada con un problema estructural de seguridad, y que de por sí ya justifica la implementación de un modelo de grúa que pueda escanear de forma automatizada el 100% de estos contenedores sin ningún tipo de coste logístico.
La máquina evita el balanceo de la carga, por lo que también es más seguro; facilita el trabajo, ya que el gruista solo tiene que estar pendiente de que no haya ningún elemento bajo; y es más productivo, al permitir tanto un mayor número de grúas trabajando simultáneamente en el mismo barco, así como el tráfico de vehículos auxiliares con circuitos independientes.
Son consecuencias directas de una apuesta por la innovación cuyo culmen se encuentra en un giro mecanizado de la carga de 90 grados en torno a su eje vertical, que se realiza al inicio de la transferencia y que origina tanto el proceso de escaneo como el de la total automatización.
En términos porcentuales, la productividad es un 160% mejor que la que presenta el modelo actual
Precisamente al hablar de términos como productividad, rendimiento y eficiencia se explica el interés que ya empieza a suscitar esta nueva patente tanto en los puertos como en los fabricantes de grúas. El delineante industrial e inventor de este sistema, Juan Carlos Barberá, ejemplifica la rentabilidad de STS Transfer Line de la siguiente forma: “la media de ahorro por contenedor es de 15€, por lo que estamos hablando de 94,5 millones de euros de ahorro anual en los puertos que descargan 6,3 millones de contenedores al año”.
Y es que, en términos porcentuales, la productividad es un 160% mejor que la que presenta el modelo actual, lo que implica ese retorno de la inversión anual de centenares de millones de euros en los grandes puertos.
Un salto de calidad en términos de rentabilidad marcado, entre otras cualidades, por la eficiencia energética directamente relacionada con un sistema de contrapesos entre cargas útiles (similar al de un ascensor). El contenedor de bajada actúa como contrapeso del contenedor de subida del lado opuesto, un proceso que se traduce en otra estadística abrumadora que confirma su propio inventor: “el estudio realizado por los ingenieros del proyecto establece un ahorro energético que alcanza cifras mayores al 70%”.
Sus impulsores, de origen valenciano, citan a modo de ejemplo modelos que también provocaron un cambio estructural en sus sectores
Más allá de todo el ahorro tanto energético como de costes, ese novedoso sistema de contrapesos tiene un impacto positivo directo en la vertiente medioambiental. Únicamente gracias a este mecanismo específico se consigue reducir las emisiones de CO2 al menos en un 51%.
Desde un enfoque más concreto, y haciendo énfasis en los baremos que manejan los profesionales del sector, la media de disminución de emisiones supera la cifra de 1,55 kg CO2/TEU, un indicador que hace referencia a las emisiones por unidad de carga trasladada, otro de los factores que también contribuye a todo ese ahorro multimillonario.
Pero independientemente de lo estrictamente técnico, y para acabar de comprender el rol de esta nueva patente, sus impulsores, de origen valenciano, citan a modo de ejemplo modelos que también provocaron un cambio estructural en sus sectores.
“STS Transfer Line es a la industria marítima lo que el freno ABS a la industria de la automoción”. Y es que, de la misma forma que ocurrió con las empresas fabricantes de vehículos, tanto los puertos como los fabricantes de grúas ya tienen a su disposición un nuevo elemento de alto grado de incidencia.
La grúa tenía que ser más segura, más eficiente, más sostenible y complicarle mucho menos la vida a los trabajadores. Desde el principio, estos conceptos clave han marcado toda investigación de un proyecto que acaba de salir a la luz tras más de 4 años de trabajo e inversión en materia de I+D.
El proyecto acaba de salir a la luz tras más de 4 años de trabajo e inversión en materia de I+D
En definitiva, características que convierten a las terminales de contenedores, los fabricantes de grúas, e incluso a los propios estados en públicos interesados. En palabras del CEO de la firma, Víctor Barberá, “estamos ante la única grúa del mercado que ha sido capaz de aunar seguridad, rendimiento, ahorro energético, sostenibilidad y operatividad”.
El director de marketing y ventas de STS Transfer Line, Ricardo Moncho, afirma que la apuesta sostenible también ha llegado a la estrategia de los fabricantes y estados: “nos encontramos en un punto en el que la vertiente medioambiental se ha convertido en un eje estratégico clave para los puertos y los políticos, y esto también forma parte de nuestra razón de ser. Estamos orgullosos de ser una empresa de carácter regenerativo y de contribuir a la sociedad trabajando estructuralmente por un entorno mejor”.
De hecho, se trata de un proyecto ideado para que su incidencia trascienda de fabricantes a puertos, e incluso llegue al interés público. “Hablar de seguridad implica hablar de factores a los que no se les puede poner precio. El valor de poder evitar un atentado o de detectar un cargamento de sustancias estupefacientes va mucho más allá de las cifras”, concluye Juan Carlos Barberá al referirse a un nuevo sistema que, desde que se lo empezó a imaginar, ya iba mucho más allá de una nueva tipología de grúa STS más productiva.