Tradicionalmente, los sistemas anti-dron se han asociado a la protección de aeropuertos o ciudades, pero no son menos importantes en la protección de infraestructuras como los puertos, a través de los cuales se realizan gran parte de los intercambios comerciales a nivel mundial (el 80% del total en 2019) y cuya paralización debido a un incidente, tendría graves consecuencias económicas.
La principal amenaza la constituyen los drones de categoría micro (hasta 2 kg de peso), que son económicos, fáciles de pilotar a varios kilómetros y con posibilidad de portar cámaras de alta resolución o cargas de pago de un peso y volumen considerables. Dicha capacidad les permite obtener imágenes detalladas de forma no autorizada o incluso cometer atentados mediante explosivos.
Sistema anti-dron de ThaleLa protección de puertos mediante sistemas anti-dron, sigue las mismas pautas que la de cualquier otra infraestructura crítica:
• Detección y localización a larga distancia utilizando radares y detectores de frecuencias.
• Identificación y seguimiento mediante sistemas optrónicos que permitan diferenciar visualmente el tipo de dron, sus posibles alteraciones, así como seguir su trayectoria.
• Neutralización mediante la activación automática o manual de inhibidores de frecuencia dirigidos a la ubicación del dron y con la finalidad de que éste aborte la misión.
El sistema Horus Shield de Thales se compone de una o varias estaciones sensoras, cada una de ellas cubriendo un sector de 90 grados y un sistema control asociado (Horus) que permite transformar los datos obtenidos por los sensores en información, facilitando al usuario la toma de decisiones.
Se compone de un radar que permite detectar y clasificar objetivos micro-dron a una distancia superior a 4 kilómetros, el sistema optrónico Gecko de Thales que permite identificar visualmente objetivos micro-dron a una distancia >2 kilómetros mediante su cámara térmica de largo alcance, detectores de frecuencias para detectar señales de radiofrecuencia procedentes del dron y piloto, obteniendo ubicación de los mismos a una distancia de hasta 8 kilómetros. Así como un inhibidor, que mediante su activación automática o manual se inhiben las señales de radiofrecuencia utilizadas por los drones, así como su sistema GPS (si se requiere) a una distancia > 2 kilómetros. La activación de la inhibición forzará al dron a retornar al origen o a realizar un aterrizaje en el punto en el que se encuentre.
Todo este sistema se coordina con el sistema de control Horus, que facilita la ejecución de la misión anti-dron de forma automática con posibilidad de intervención manual por parte del operador. Tiene la capacidad de establecer áreas de protección, que activarán una alarma cuando se vean sobrepasadas por un dron. Además, incluye diversos elementos en pantalla que proporcionan en todo momento la información sobre el objetivo (ubicación, velocidad, trayectoria, imagen de las cámaras), permitiendo un seguimiento preciso.
Fácil integración en los sistemas de los puertosLa solución Horus Shield dispone de elementos diferenciales respecto a otras, que la hace ideal para este tipo de infraestructuras:
• Es compacta y portátil, permitiendo un rápido despliegue en cualquier emplazamiento o situándola permanentemente en una instalación fija.
• Es modular, permite el crecimiento desde una única estación sensora hasta el número necesario para cubrir las necesidades.
• La combinación radar/detector de frecuencias, permite la detección tanto de drones con vuelo autónomo (sin emisión de radiofrecuencia) como de drones radio-comandados.
Horus Shield de Thales permite su integración con los Sistemas de Información del Puerto, en línea con el concepto de Smart Port, permitiendo por ejemplo diferenciar aquellos drones potencialmente hostiles, de otros que pudieran ser utilizados por la propia infraestructura portuaria para adquirir información diversa mediante diferentes sensores.