BARCELONA · La lista de explosiones e incendios incluye desde el ‘Northern Juvenile’ en el Mar de China Meridional en mayo, hasta el ‘Maersk Frankfurt’ en el Océano Índico, pasando por incidentes más recientes en rápida sucesión que involucraron al ‘MSC Cape Town III’ en Colombo y al ‘YM Mobility’ en Ningbo. “Las causas están bajo investigación”, dice Peregrine Storrs-Fox de TT. “Sin embargo, hay fuertes indicios de que productos químicos potencialmente explosivos y aceleradores de fuego, como las baterías de iones de litio, pueden estar involucrados en al menos dos de los casos. Como en incidentes anteriores, es probable que hayan ocurrido varios errores cuando se iniciaron los envíos y se comunicó la naturaleza exacta de las cargas a los socios de la cadena de suministro, lo que dio lugar, una vez más, a ‘tormentas perfectas’. Cada participante en el proceso debe actuar en el mejor interés de la seguridad en cada punto del trayecto de estas cargas”.
Este aumento de incendios graves en barcos portacontenedores recuerda la oleada de 2019, comentan desde TT Club, aunque la frecuencia media de 30 años pueda seguir siendo de uno cada 60 días. De los cuatro recientes, de forma inusual, dos ocurrieron mientras el barco estaba atracado, y los servicios de emergencia en tierra respondieron rápidamente para minimizar los daños y la pérdida de vidas, aunque surgieron riesgos de contaminación y bloqueo potencial del muelle. Cuando los incidentes ocurren en alta mar, pueden desarrollarse consecuencias mucho más graves, como ejemplifica el caso del ‘Maersk Frankfurt’, donde un tripulante perdió la vida, el incendio ardió durante varios días y el barco aún permanece con los salvadores en alta mar.
El número exacto de contenedores que transportan mercancías peligrosas anualmente es difícil de estimar debido a la declaración incorrecta o la falta de declaración. En parte como respuesta a los problemas relacionados con la declaración inexacta, la OMI enmendó las ‘Directrices para la implementación de los programas de inspección de unidades de transporte de carga’ en 2022 para instar a los gobiernos a inspeccionar todos los tipos de unidades, independientemente de la carga declarada. Los resultados consolidados recientemente publicados, provenientes de solo ocho países (o el 5% de los estados signatarios), para 2023 evidencian preocupaciones continuas sobre la seguridad.
Aunque, a partir del tamaño mínimo de muestra de aproximadamente el 0,03% del tráfico de contenedores, la ‘colocación de letreros y marcado’ muestra cierta mejora, esta deficiencia, siendo la primera alerta visual para muchos interesados y particularmente para los equipos de emergencia, sigue estando obstinadamente por encima del 40%. Además, los informes que señalan deficiencias en el ‘Estiba y Aseguramiento’ (dentro de las unidades), un problema central del Código CTU, indican una tendencia que empeora rápidamente en los últimos cinco años y la peor posición desde que comenzaron los informes en 2001. También es notable la tendencia a empeorar en cinco años relacionada con los errores encontrados en la documentación, otro indicador clave de riesgo. El cuidado de cada envío requiere una buena comunicación a lo largo de la cadena de suministro, la debida diligencia por parte de cada jugador y una cultura de ‘conocer a su cliente y socio operativo’.
“En este sentido, aplaudimos la reciente declaración de la Administración de Seguridad Marítima de China (MSA) que subrayó las responsabilidades de los cargadores, además de las de los transportistas. Tales advertencias y estímulos por parte de las autoridades regulatorias son bienvenidos. Sin embargo, TT reiteraría que las regulaciones simplemente establecen la línea de base”, concluyó Storrs-Fox de TT.