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Mise-en-scène

Sí, en efecto. Perfectamente podría haber escrito “Puesta en escena” en el título de esta columna para decir exactamente lo mismo sin parecer pretencioso. Pero no piensen que existen tantos ámbitos de libertad en el quehacer diario, el suyo y el mío, por lo que para quien escribe, este espacio en blanco es un santuario de libertad. Palabra. El caso es que después de 39 días de huelga en la estiba del Puerto de Bilbao, tantos como escalones contó Alfred Hitchcock basándose en la novela de John Buchan, el Comité de Empresa de Bilboestiba CPE, es decir los sindicatos, o sea los estibadores, trabajadores al fin al cabo, como usted y yo, tuvieron a bien convocar a la prensa para “informar de la realidad que a día de hoy se está viviendo en los muelles de Santurtzi”.

  • Última actualización
    16 noviembre 2020 19:18

Advertidos estábamos por tanto los plumillas de que no habría scoop con una ansiada desconvocatoria de huelga, fruto de un acuerdo más que improbable o de ese “ejercicio de responsabilidad”   al que tanto se recurre como principio marxista en el sentido grouchiano: “tengo mis principios, pero si no le gustan, tengo otros”. Así las cosas, a sabiendas de que el contenido de la rueda de prensa no incendiaría las rotativas ni colapsaría los teletipos, tampoco nos invitaba a pensar que no daría lugar a las consabidas preguntas. Ya saben, esa manía que tenemos algunos periodistas de alargar las comparecencias de prensa con preguntas fatuas, hechas sólo por darnos el gusto de incomodar al personaje y de ponerle en un brete para testar su reacción, aunque en realidad su respuesta nos importe bien poco. Me entienden, ¿verdad? 

Sin embargo, ayer, la rueda de prensa del Comité de Empresa de Bilboestiba CPE, que fue todo lo breve que la lectura de tres folios por una sola cara permite, no admitió turno de preguntas por parte de la prensa. Tampoco  hizo demasiada falta. Su ausencia formaba parte de la mise-en-scène (perdón, puesta en escena) sindical para comenzar a construir el relato de una huelga que ya da la sensación de que comienzan a dar por perdida. A los puntos, si es que el Puerto de Bilbao es un cuadrilátero. Había en la puesta en escena de la rueda de prensa de ayer en el edificio de Bilboestiba CPE un aroma a cerrado de gimnasio donde el púgil del banco sindical seguía lanzando crochets y uppercuts sabedor de que el combate avanza de round sin que su oponente haga amago de besar la lona, ni siquiera de tambalearse o de buscar la protección de las cuerdas.

Sin posibilidad de victoria por K.O. por ninguna de las dos partes, y abocada la pelea a dilucidarse en el último tañido  de campana del round 12, ambos púgiles aguardan la decisión del árbitro. Unos se saben ganadores y otros, que no confían en la decisión del árbitro, van preparando el terreno para asimilar la derrota.

La lucha sindical en la estiba no puede replicar hoy la misma puesta en escena que en el pasado. El deporte es el mismo pero las reglas han cambiado

De los tres folios que leyó ayer el presidente del Comité de Empresa de Bilboestiba CPE durante la rueda de prensa, hay una frase en el segundo párrafo del primer folio (¿no es esto "marxiano" en el sentido "grouchista"?) , que resulta especialmente reveladora: “Afrontamos la negociación con la voluntad de hablar absolutamente todos y cada uno de los puntos que recoge el actual convenio en vigor, además de otros que se pudieran añadir, y por supuesto de llegar a acuerdos como en épocas y convenios anteriores”.

Podré estar equivocado, pero creo que esta frase encierra un significado esencial para descifrar la clave y el devenir de este conflicto. Hay un punto de nostalgia en la frase pronunciada por el Comité de Empresa de quien sabe  que esos tiempos son pasado; de quien se aferra a un modelo que ya no vale. Hoy es otra época y este convenio es otro convenio. Ayer es el pasado. La lucha sindical en la estiba no puede replicar hoy la misma puesta en escena que en el pasado. El deporte es el mismo pero las reglas han cambiado.