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Navieras, Aduanas y Suez: los cargadores siempre pagan

Ya hemos llegado a un momento en que alguien tiene que parar el abuso de las navieras. Los precios están fuera del alcance de las empresas cargadoras y, si no cambia esta tendencia, será el momento de replantearse dónde se producen las mercancías.

  • Última actualización
    21 abril 2021 15:11

De esta pandemia estamos aprendiendo muy rápido y se están haciendo muchos esfuerzos para que las empresas puedan subsistir, para seguir manteniendo puestos de trabajo, inversiones y, en definitiva, mantener el país vivo.

Los precios del transporte marítimo siempre los han puesto las navieras, tanto cuando estaban muy bajos, como ahora que están muy altos.

Porque el transporte marítimo siempre ha sido necesario y los cargadores se han adaptado a los precios y a sus cláusulas, escritas en letra muy pequeña en el anverso del B/L (un contrato de adhesión).

NAVIERAS + ADUANAS

No sólo se han incrementado por tres y por cuatro los precios, es que, una vez que las mercancías llegan a Europa, estos precios desorbitados tienen que añadirse al “valor que se declara en aduanas”.

En algunos países, en lugar de declarar el valor CIF de las mercancías, declaran el valor FOB. Y quizás es más correcto o más justo porque, al final, los usuarios están pagando aranceles por el precio del transporte.

Quizás haya llegado el momento de replantearnos qué valor se debe declarar en aduana en toda la Unión Europea.

Ayer oí que se están pidiendo 10.000 dólares por un contenedor de 40 pies Shanghai-Barcelona. Que viene a ser unas tres o cuatro veces su coste habitual.

Vamos a hacer cuatro números.

-Imaginemos que una empresa importa productos que pagan un 5% de aranceles y le añadimos este flete de 10.000 USD.

-Significa que cada contenedor que llega paga 500 dólares, convertidos a Euros, sólo por el coste del flete.

-Y que esta empresa mediana está importando 1.000 contenedores en unos meses. Quiere decir que pagará 500.000 dólares, convertidos a euros, sólo de aranceles de transporte, más el extra coste del flete que ya comporta el transporte.

Ahora contad qué pagan las empresas que importan textil con un 12 o 13% de aranceles.

Si tenemos en cuenta que la recaudación de los aranceles los hace la UE, aunque devuelva una parte al país recaudador, ¿no sería el momento de que la UE diga alguna cosa? ¿O la misma China? que, a este paso, se quedaran sin clientes.

Porque al final, estos aumentos los pagamos entre todos. Las empresas no pueden asumir estos costes y tendrán que subir precios que acabarán repercutiendo en el mercado. Y nosotros estamos comprando en este mercado de a pie, directa o indirectamente.

Si tienen que subir precios por estos incrementos, ¿dónde está el beneficio de producir en China? ¡Desaparece!

Igual vemos abrir las fábricas en Europa, de nuevo, porque con las tecnologías del siglo XXI podrían ser muy eficientes y el transporte marítimo perdería una cuota de mercado importante.

Sin duda, la mala praxis de las navieras la debe frenar alguien, inmediatamente. ¿En quién podemos confiar?

Por otro lado, la Unión Europea tiene que revisar las condiciones del despacho de importación. Quizás ya es hora de que se replanteen este sistema de recaudación.

Las empresas grandes hacen muchos esfuerzos para subsistir. Las medianas están desesperadas y las pequeñas, quizás dejarán de importar mercancías porque el coste de su producto será demasiado alto para poder venderlo.

NAVIERAS + SUEZ

Las navieras, en su afán de ganar más dinero, hace un tiempo, cambiaron los volúmenes de sus barcos, haciéndolos más grandes para optimizar costes (o ampliar beneficios).

Y ahora resulta que el “Ever Given” se ha quedado encallado unos días en el Canal de Suez por un golpe de viento que, parece ser, a otros barcos (más pequeños) no les ha afectado.

¿Nadie pensó que estos barcos enormes podrían tener problemas al pasar per una infraestructura tan delicada (o quizás obsoleta)?

Pero, ¡sorpresa! Se declara avería gruesa y los cargadores, o sus compañías de seguros, tienen que volver a pagar. Aquí ya sale más caro el relleno que el pollo.

Ya veremos cuántos contenedores se abandonarán porque no podrán pagar este coste.

Sumemos la disrupción que están causando a la cadena de suministro con el atasco que han provocado, que hará que las líneas regulares pasen a ser irregulares durante unos cuantos meses y la descompensación de equipos hará que, aún más, suban los precios con recargos ingeniosos.

¡Esta rueda de hámster me está mareando mucho! Y ya es hora de que alguien la detenga.

Quien esté de acuerdo, que levante la mano. ¡Gracias!