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No votarles, en defensa propia

Esto de tener que leer tan vehementes como indocumentados ataques al puerto, es realmente estomagante. Llevo analizando estos artículos de mala baba desde el primer minuto en que empecé a escribir sobre el sector. Hace tiempo que confirmé que tienen unas pautas concretas y reiteradas. Atacar al puerto con chorradas basadas en falsedades, inexactitudes o desenfoques no depende de si el que escribe es de derechas o de izquierdas.

  • Última actualización
    07 marzo 2019 17:12

Hay tres tipos de paladines salva puertos que se hinchan como sapos cuando se les da un espacio en el diario generalista de turno: los periodistas, los particulares y los políticos. Los primeros suelen, cuando no tienen otra cosa que llevarse al espacio en blanco, poner de verde al puerto porque así, además de salir del paso, llaman la atención, consiguen que se fijen en ellos, que hablen de ellos aunque sea mal. Y todo eso a un módico precio, porque les sale totalmente gratis. Meterse con el puerto es lo que tiene… nadie les va a llamar al orden, ni nadie les va a quitar la publicidad, si tuvieran. Ojo, que nunca voy a defender que se castigue retirando la publicidad a publicación alguna por informar u opinar. Pero, igual que se castiga en cualquier otra profesión la mala praxis, cuando se descubren mentiras conscientes en periodismo, también deberían de castigarse, ya que el daño que pueden hacer es especialmente grave (recordemos que las mentiras trajeron a Trump, el Brexit y derivados…). El segundo tipo de tipos es el de los particulares con vocación de protagonismo, que encuentran su momento de gloria cuando les publican artículos llenos de superlativos, apocalipsis caníbal, fines del mundo zombi o eliminación del Madrid de la Champions. Grandes tragedias, en definitiva, todas por culpa del puerto de turno, por supuesto. Todo grande y abundante, menos los datos y la veracidad. ¿Qué decirles de los terceros, nuestros maravillosos políticos? Entendemos poco o nada esa pasión ciega, ese empeño infinito, esa lucha fratricida por mantenerse o acceder al poder, a costa de lo que sea. Por un cargo matan. Y si matan, ¿cómo no van a mentir, tergiversar, traicionar y traicionarse? No importa, como digo, que los políticos sean de derechas o de izquierdas, importa que estén el poder o en la oposición. Alucinante es comprobar cómo todo o casi todo político en la oposición ataca al puerto con inamovible convencimiento. Y tanto o más asombroso resulta el que sigan siendo igual de contundentes en cuanto llegan al poder, pero en sentido contrario. Cuánto nos gustaría que, en materia de infraestructuras, que debería ser materia sagrada, los que sueltan determinadas barbaridades en la oposición, estuvieran condenados a cumplirlas sí o sí cuando llegaran al poder. Así, por ejemplo, el PP atacando (oh gran sorpresa) en varios artículos y declaraciones al Acceso Norte del Puerto de Valencia, sin saber qué es el Acceso Norte, o Podemos tratando de “revertir” su ZAL, tendrían que dejar claro que, si mandan, harán lo que defienden en la oposición, caiga quien caiga. Como eso no va a pasar, no nos queda otra a los logísticos que tomar nota y en estos días de urnas cercanas, hacer que sean, si no determinantes, sí influyentes esas declaraciones fundamentadas en realidades paralelas o inventadas. No nos queda otra que defendernos. Y aspirar a que llegue el día en que no les salga gratis tanto, tan visceral y tan indocumentado ataque a nuestro pan que, aunque no lo sepan, es también el de todo el entorno del puerto, ellos incluidos. Creo que no les voy a votar.