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33 metros cúbicos

  • Última actualización
    04 junio 2024 05:20

Es básico poseer una buena visión espacial para realizar un cálculo visual lo más certero posible. Sin embargo, la madre naturaleza no pareció dotarme suficientemente de lo primero, porque muy rara vez atino con lo segundo. Por mucho que tenga bien aprendido que el cálculo del metro cúbico es tan simple como multiplicar longitud por anchura por altura, mi índice de acierto al tratar de calcular el volumen de tal o cual cosa, es realmente nimio.

Lo tengo, por tanto, más que difícil para dedicarme a la logística del project cargo o de piezas extradimensionadas. Imagínense qué desfases en los presupuestos, qué errores de cálculo en los proyectos, qué fallos en los embarques y en los transportes... Afortunadamente, es gracias a la tecnología y a la alta competencia de los ingenieros y profesionales logísticos de este sector, como se ha cimentado su progreso y el de otros sectores. No a ojo de buen cubero, sino a ojo de halcón.

El caso es que, en logística, el tamaño lo es todo. Ahí tenemos al contenedor como ejemplo. Pura cuestión de tamaño: 20 o 4o pies. 20 pies de longitud por 8 pies de anchura por 8,5 pies de altura para formar 1 TEU. O lo que es lo mismo: 33 metros cúbicos de aire para llenarlos con mercancías de todo tipo. Todo un reto para el planificador logístico: generar el máximo valor jugando con el tiempo y el espacio.

El contenedor no ha sufrido cambios desde que fue estandarizado por la OMI entre 1968 y 1970

Resulta curioso que los contenedores marítimos no hayan sufrido cambio alguno desde que fueron estandarizados a finales de los 60 y principios de los 70 por la OMI. Si bien las navieras han aumentado considerablemente el tamaño de sus buques a lo largo de los años, las innovaciones del sector en lo que se refiere a los contenedores ha sido escasa, especialmente en los refrigerados o reefer, los plegables y los inteligentes o smart containers, con la incorporación de sensores de monitorización. Pero los 33 metros cúbicos del contenedor de 20 pies ahí siguen.

Sin embargo, el mundo ha cambiado. Tanto como los productos y mercancías transportados en contenedor. Mientras el TEU conserva las mismas medidas que en 1956, cuando la “pequeña, gran idea” de Malcom McLean se embarcó por primera vez en el “Ideal X”, muchos de los bienes de consumo que se comercian en el mundo han cambiado de tamaño en una tendencia a la miniaturización estimulada por los avances tecnológicos, que permiten hacer cosas de menor tamaño, más ligeras o delgadas, con más funciones.

Esta tendencia a la reducción del tamaño de los productos (aunque no son pocos aquellos en los que la tendencia ha sido la inversa), puede tener incidencia en el comercio global de los mismos, dado que afecta a la cadena de suministro y al transporte, y al mismo tiempo, se deben ajustar a un tamaño más compacto.

En el caso concreto de los bienes transportados en contenedor, al permitir una mayor cantidad en cada caja para un valor de carga dado, podría esperarse que disminuyera la cantidad de contenedores transportados por barco y manipulados por terminales portuarias. Un equipo de investigadores de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) realizó un estudio de las importaciones en contenedor de EE.UU. con sus principales socios comerciales entre 2003 y 2021, para identificar qué bienes se podrían haber miniaturizado.

No sé si el estudio tiene sentido o no, si sus conclusiones son relevantes o simple anécdota.

Lo que ya no voy a olvidar es que un contenedor de 20 pies tiene 33 metros cúbicos de capacidad. Como los 33 años de Jesucristo, los 33 centilitros de mi botellín de Woll-Damm o las 33 revoluciones por minuto de mi primer LP de King Crimson... Diga 33.