La misión empresarial que el Port de Barcelona ha desarrollado a lo largo de esta semana en la ciudad de Bombay (India), tocó ayer a su fin después de tres jornadas intensas de trabajo que han puesto de relieve el saber hacer y la vocación de la entidad portuaria de servir a la actividad económica, la generación de riqueza y empleo y hasta la promoción socioeconómica de Catalunya.
Las empresas que han formado parte de la misión regresan satisfechas con las gestiones realizadas y por la importante labor de acompañamiento y “abrepuertas” que es capaz de hacer una institución como la Autoridad Portuaria de Barcelona.
Siempre digo que si las cosas salen bien no es fruto de la casualidad, sino que normalmente suele haber detrás un gran trabajo de un excelente equipo profesional.
Cuando las cosas salen bien no nos preocupamos de nada, todo fluye y discurre con una tremenda normalidad y, eso, repito, siempre tiene a alguien detrás.
En el caso del Port de Barcelona es necesario destacar la labor del todo el equipo profesional que se ha hecho cargo de la organización de la misión comercial, de todas las personas que de una u otra forma han colaborado para que todo haya discurrido según lo previsto.
Desde aquellas que realizaron los trabajos previos y viajes de prospección, hasta los que regresarán más tarde porque se han quedado en Bombay atendiendo el stand del Port de Barcelona en el Global Maritime India Summit 2023.
Lo más fácil es quedarse sentado en el despacho viéndolas venir y gestionando la inercia... y luego vienen los lloros y lamentos
Todas ellas, además, cuentan con un importante valor añadido adicional, que no es otro que la experiencia de varios lustros en la organización de misiones comerciales.
El Port de Barcelona no sólo hace este tipo de iniciativas, sino que además sabe hacerlas... y se nota.
Los detractores de las misiones comerciales, que los hay, exigen con vehemencia los resultados que avalen una inversión de estas características, las conclusiones de las reuniones, las toneladas de carga o los TEUs comprometidos, pero este es un trabajo de largo recorrido.
Obviamente, alguien puede regresar directamente con un pan debajo del brazo, pero lo normal es que los frutos se vayan recogiendo conforme pasa el tiempo. Y si los años demuestran que aquella acción en aquel país no fue realmente efectiva, por lo menos que no sea porque no se ha intentado.
Porque lo más fácil es quedarse sentado en el despacho viéndolas venir y gestionando la inercia... y luego vienen los lloros y lamentos.
Tal y como ha explicado el Port de Barcelona en más de una ocasión, después de una misión empresarial los tráficos con el país que ha sido objeto de la acción comercial han crecido en mayor o menor medida. Es un dato a tener en cuenta.
Acabada ya la acción en India, es momento de reflexionar y de seguir mirando adelante. El equipo del Port de Barcelona ya está rodando la maquinaria para fijar el objetivo de su próxima misión, sea cuando sea, sea donde sea.
Decía antes que Barcelona sabe hacer las cosas bien, y es muy cierto, porque en el fondo lo que tiene muy claro es que su objetivo es afianzar el futuro y proyectarse hacia él a través de la consolidación de la comunidad logístico-portuaria y el tejido económico e industrial.
Es un círculo virtuoso capaz de traccionar la economía de un país.
