Menú
Suscripción

China y las batallas comerciales

  • Última actualización
    10 octubre 2024 05:20

La Comisión Europea va a seguir aplicando aranceles a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China. La votación del viernes entre los países de la UE no alcanzó una mayoría cualificada en contra de la propuesta por lo que sigue adelante la medida proteccionista.

En realidad, será justo a finales de este mes cuando estos aranceles se conviertan en definitivos automáticamente, por lo que estos movimientos previos no hacen otra cosa que lanzar mensajes a China advirtiendo de que la UE está empeñada en mantener esas barreras a la importación si el país asiático no verbaliza claramente que va a acabar, entre otras cosas, con las desproporcionadas subvenciones para la fabricación y exportación de sus vehículos.

Bruselas decidió en julio aplicar aranceles hasta el 36,3% al fabricante SAIC, del 19,3% a Geely y del 17% a BYD, por considerar que recibían subvenciones que dañan a los fabricantes de la UE. Estos aranceles, y aquí reside parte de la explicación de los desencuentros en el seno de la UE, también afectan a las importaciones de los fabricantes occidentales que producen en China, como Tesla, Dacia o BMW, que serían gravadas con hasta un 21%.

Este conato de guerra comercial entre la UE y China comenzó en realidad en Estados Unidos y se ha extendido prácticamente a todo el globo para estupor del Banco Central Europeo, que ha advertido de que estas decisiones ponen en grave riesgo a la economía mundial.

¿Cuál es la posición de España? Pues nuestro país se ha abstenido en la votación, junto con otros 11 países que han hecho lo mismo. Otros cinco, entre los que se encuentra Alemania, han votado en contra, y los diez restantes han votado a favor. En este último grupo se incluyen Francia, Italia o Países Bajos.

Cada uno puede extraer sus conclusiones a la vista del potencial productivo de cada país.

El BCE ha advertido de que estas decisiones ponen en grave riesgo a la economía mundial

La posición de España tiene cierta lógica ya que lo que pretende el ejecutivo es que sigan las negociaciones y se alcance una solución consensuada y beneficiosa para todos. Esta postura tendría mucho que ver con una acción de China, quizás iniciando ya otra batalla comercial, en la que inicia una investigación a las importaciones de carne de cerdo y productos lácteos de la UE, que para España representan una factura de exportaciones de casi 1.900 millones de euros en el primer caso y de 91 millones en el segundo.

Y ¿Cómo afecta todo esto a nuestro sector? De forma directa y contundente. Según la patronal de fabricantes de automóviles europeos, la Unión Europea importó en 2023 más de 438.000 vehículos eléctricos con batería china por un valor de 9.700 millones de euros. Y la matriculación de estos vehículos en España ha crecido un 23% en el primer tercio del año hasta las 119.300 unidades.

Además, Europa es el gran destino de los coches eléctricos chinos y canaliza el 37% del valor total de los vehículos eléctricos exportados por China. Ni que decir tiene que nuestro sector es protagonista indisoluble y necesario en toda esta transacción comercial.

Tengo la sensación de que el asunto de los vehículos no es más que el principio de, si no una guerra, sí una serie de batallas comerciales con el gigante asiático que se irán resolviendo con más o menos suerte en los próximos meses y que tendrán un efecto directo sobre la economía mundial, lo que afectará necesariamente a la temperatura del sector logístico.

Se impone un proceso de diálogo profundo en Europa despojado de intereses particulares. ¿Será posible?