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Deshojar la margarita de la trigésima octava America’s Cup

  • Última actualización
    22 octubre 2024 05:20

La 37 America’s Cup ya es historia. Desde el pasado 22 de agosto, cuando comenzaron las primeras regatas preliminares, atrás quedan ya semanas de competición de la que es, sin duda, la prueba de vela más importante de todo el mundo, un acontecimiento deportivo de tal magnitud sólo superado por los Juegos Olímpicos o los Mundiales de fútbol. Aunque siempre hay que tomar estas cifras con cierta cautela, se estima que esta edición de la America’s Cup ha generado un impacto económico en la ciudad de Barcelona de casi 1.200 millones de euros, y que ha posibilitado que más de 2,5 millones de personas hayan visitado Barcelona atraídos por la prueba, llegando a picos de unos 100.000 visitantes los días más importantes de la competición.

La gran pregunta a la que hay responder a partir de ahora es si la ciudad condal volverá a postularse para acoger la trigésima octava edición. Por lo que parece, America’s Cup Event (ACE) -la entidad que organiza el evento- y los equipos participantes han salido bastante satisfechos de cómo se han desarrollado los acontecimientos a lo largo de las últimas semanas. Únicamente falta por saber si el Ayuntamiento presentará de forma oficial la candidatura de Barcelona para repetir como ciudad anfitriona. En puridad, es el Emirates Team New Zeland -equipo ganador de esta edición- el que tiene la última palabra a la hora de decidir la próxima sede. No obstante, el buen trascurrir de la pasada edición, la satisfacción de los principales protagonistas y el hecho de contar ya con infraestructuras son argumentos muy poderosos como para no optar a repetir.

Es justo reconocer hoy el papel jugado por el Port de Barcelona en el éxito de la America’s Cup

Había cierta expectación con el discurso del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, el pasado sábado durante la ceremonia de entrega de los premios de esta edición. Se esperaba alguna que otra pista o indicio que nos permitiera dilucidar si Barcelona optaba a repetir como ciudad anfitriona. Incluso los más optimistas confiaban en que, en un escenario irrepetible, hiciera “El Anuncio”. La lectura entre líneas de las palabras del primer edil de la ciudad catalana permite interpretaciones de todo tipo, aunque la única realidad palpable es que hay que seguir esperando. Por el momento, el Ayuntamiento sigue deshojando la margarita.

Sea cual sea la decisión del consistorio barcelonés, de lo que no hay duda es del rol que ha jugado la Autoridad Portuaria de Barcelona en el éxito de esta edición, y sin cuyo concurso no estaríamos hablando hoy de la manera tan positiva en la que lo hacemos. Durante los últimos dos años, hemos ido informando puntualmente de todas y cada una de las acciones que ha desarrollado el Port de Barcelona para crear espacios que estuvieran a la altura de una competición como lo es la America’s Cup. Y vaya si lo ha logrado. Es justo reconocer en estas líneas el rol del Puerto y de todo el personal de la Autoridad Portuaria implicado, y sobre todo el de los dos presidentes que ha tenido la institución portuaria y que han intervenido de manera más directa: Damià Calvet y Lluís Salvadó. La predisposición del Port de Barcelona a colaborar con el resto de las entidades públicas y privadas de todo signo en pos del éxito del evento es un hecho que, en tiempos como los actuales, cobran aún más valor.

El Port de Barcelona tiene muchas razones para estar orgulloso. Si me dan a elegir, escojo el papel que ha sabido dar a espacios como el Hospitality, que se ha convertido en un punto de encuentro y networking de primer orden no sólo para los miembros de la comunidad portuaria, sino para todos aquellos sectores económicos que tienen en el puerto barcelonés a su gran aliado.