Siguiendo las indicaciones de mi amigo Paco (solo hay uno en Propeller Valencia ¿no?) hoy toca hablar en positivo del puerto. Bien. Todas las inversiones importantes y en especial las que tengan un impacto social y medioambiental importante (como, por ejemplo, los puertos) deben llevar a cabo un estudio de impacto, en el que se cuantifiquen no solo todos los elementos relevantes de la inversión desde el punto de vista económico (coste, beneficios, empleo, valor añadido, rentabilidad, etc.), sino también los efectos de todo tipo (medioambientales, sociales, territoriales, etc.) de la misma.
Incluso en el caso de los puertos, ese tipo de trabajos debe ser recurrente por muchas razones como son la sensibilidad social frente a dichas infraestructuras, el desconocimiento del impacto positivo de los mismos en su entorno, la propia evolución y los cambios que constantemente se producen en los puertos o la necesidad de balancear las constantes críticas de los opositores.
Para llevar adelante esos estudios se pueden utilizar diferentes metodologías (modelos de demanda, de base económica, keynesianos, econométricos regionales, Leontief, etc.). Cada uno de ellos se centra en estimar distintas variables, como su nombre indica. El más utilizado es, con diferencia, el de Leontief.
El pasado 13 de julio, Propeller Valencia presentó el informe sobre el impacto económico de los puertos de la APV, que utiliza la metodología de Leontief. La verdad es que, en este caso como en otros muchos, la APV ha sido pionera en los análisis de impacto dentro de los puertos españoles.
El primer estudio se llevó a cabo en el año 2000 (Leandro e Ismael) para el periodo 1997 a 2000, y desde entonces la APV ha venido encargando análisis valorativos de la actividad económica de sus puertos para informar a la sociedad de los beneficios que comporta poder disponer de un puerto hub en nuestro entorno.
Estudios en otros puertos de referencia
En la actualidad, este tipo de trabajos son muy habituales entre los grandes puertos europeos y españoles, siempre preocupados por ofrecer una imagen positiva frente a la ciudad en la que operan. Sin ir más lejos, el informe del impacto de los puertos de la APV (2023) recoge algunos de los resultados de puertos relevantes europeos que nos sirven de comparación con los obtenidos para Valencia.
Veamos el cuadro adjunto. ¿Qué nos dice?
1. El enorme peso que tienen los grandes puertos europeos que cuentan con importantes Zonas Logísticas Industriales en sus entornos.
2. El impacto económico de estas zonas industriales es superior al del propio puerto.
3. La desproporción entre el peso en el Valor Añadido Bruto y el peso en la generación de empleo, lo que nos indica los mayores salarios/beneficios de la actividad implantada en esas zonas. El Puerto es un centro de atracción de inversiones, de riqueza, de empleo cualificado, de salarios y beneficios más elevados. Y así lo es en todo el mundo.
4. De acuerdo con los estudios de la OCDE sobre 150 puertos del mundo, el tamaño es determinante en el impacto del puerto en su área de influencia tanto en términos de VAB como de empleo.
5. De nuevo, lógicamente, el impacto de un puerto en su entorno se multiplica cuando está asociado a una zona industrial o a una zona de actividades logísticas.
Primera aproximación a los resultados del estudio 2020
El primer vistazo a los resultados del estudio elaborado por las consultoras AFI y Prometeia para los puertos de la APV (años 2018, 2019 y 2020), como era de esperar, no puede ser más impactante, como tuvimos ocasión de constatar en la presentación del mismo.
A pesar de la incidencia del COVID en la economía de nuestra Comunitat (con una caída del 10% de la actividad), en el año 2020 el Valor Añadido Bruto generado por los puertos fue de 2.896 millones de euros (equivalente al 3% del VAB de la Comunidad Valenciana en ese año) y 44.691 puestos de trabajo (el 2,3% de todos los puestos de trabajo).
Hasta aquí la información escueta (volveremos después sobre la misma). Pero me gustaría resaltar varias cosas antes de profundizar sobre el tema.
1. Con este informe confirmamos la línea tendencial, absolutamente coherente, de crecimiento del puerto, del aumento del VAB y del empleo.
2. Son informes realizados por diferentes departamentos y servicios de estudios y todos coinciden en el análisis, diagnóstico del puerto, tendencia e impacto en la sociedad.
3. Sin embargo, día sí y día también, hay un grupo de personas y partidos críticos que se niegan a aceptar estos trabajos e insisten en que no son ciertos y que el puerto no genera impacto positivo en su entorno, si no costes.
4. Primera pregunta, ¿dónde están los informes que avalan dichas afirmaciones? ¿quién los firma? Respuesta. Silencio absoluto.
5. Segunda pregunta. ¿Por qué algunos medios de comunicación ponen en un plano de igualdad informativa ambas posiciones? ¿Por qué no exigen ver esos informes negativos y contrastar los centros de investigación que los avalan? O, dicho de otra forma, más irónica, ¿cómo es posible poner en plano de igualdad los análisis que se basan en la metodología de los cinco dígitos oscilantes (muy utilizada en nuestra sociedad acientífica), con la que aplica métodos científicamente reconocidos, como el aplicado en estos trabajos? Algo nos pasa.
La verdad es que siempre acabamos en el mismo punto. Hay personas, con poco quehacer, que se dedican cada día a formular críticas sin fundamento, pero que son recogidas por los medios sin contrastar de dónde sale esa información y, lo que es más grave, la ponen al mismo nivel que la elaborada por los profesionales que firman los informes y se juegan su prestigio personal y profesional con sus trabajos. Tremendo. Aquí radica una parte del problema al que se enfrenta el Puerto de Valencia (que no el de Sagunto o Gandía).
Y, todo ello, con el soporte de algunos ideólogos que ven como muy “progresista” el ataque a esta infraestructura. Sin embargo, desde mi perspectiva, por la que he trabajado toda mi vida, lo más progresista que puede plantearse una sociedad y sus responsables políticos, es generar empleo (y si es de calidad mucho mejor) a los 2.700.000 parados que hay en España, o los 325.000 en la Comunidad Valenciana (según las estadísticas de paro registrado), y facilitarles una vida un poco mejor, unos recursos mínimos con los que afrontar sus necesidades (1,6 millones de hogares no pueden hacer frente a sus gastos esenciales), un incremento en su autoestima, o un sentirse miembros de una comunidad que se preocupa por su bienestar e integración. Esto es ser progresista.