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El ABCDE del CII

  • Última actualización
    10 diciembre 2024 05:20

El Indicador de Intensidad de Carbono (CII) de la Organización Marítima Internacional (OMI) es una normativa esencial para descarbonizar el sector del transporte marítimo.

Redactada en 2018 y en vigor desde 2023, esta normativa asigna una calificación de CII a todos los buques de más de 5000 GT, basada en sus emisiones de CO2 por unidad de carga (DWT) y por milla náutica.

Priorizar una calificación alta de CII es beneficioso

Las calificaciones, que van de A a E, se determinan anualmente. Los barcos con calificación D durante tres años consecutivos o E durante un año deben actualizar su Plan de Gestión de Eficiencia Energética (SEEMP) con medidas correctivas.

Priorizar una calificación alta de CII es beneficioso por varias razones.

1.- Acción, no una reacción.

La planificación temprana y proactiva es crucial. Si un barco opera en el nivel E durante la mayor parte del año, intentar obtener una A al final del año será poco efectivo. Los propietarios deben analizar las pautas comerciales, el tipo de combustible y las tecnologías de ahorro de energía para mejorar las calificaciones de CII. Este análisis temprano y la formulación de un plan pueden producir beneficios a largo plazo.

2.- Competitividad comercial.

Una buena calificación de CII mejora la competitividad, ya que los fletadores y propietarios de cargas prefieren barcos con bajas emisiones de GEI. Los barcos con calificaciones deficientes se consideran menos eficientes. Además, una buena puntuación de CII puede facilitar mejores opciones de financiación, ya que los buques más eficientes experimentan menos tiempo de inactividad. Las instituciones financieras centradas en la reducción de GEI pueden ofrecer condiciones favorables para estos buques. Además, el CII indica la eficiencia de combustible, lo cual es crucial dado que los costos de suministro de combustible son el mayor gasto para la mayoría de las empresas de transporte.

3. Cumplimiento de CO2.

La normativa de CII promueve la reducción de emisiones de CO2. La descarbonización es una prioridad para el sector del transporte marítimo, y las empresas que no sigan esta agenda se percibirán como carentes de visión estratégica. La instalación de tecnologías de ahorro de energía, la utilización de herramientas de optimización de viajes y el uso de biocombustibles pueden mejorar las calificaciones de CII y contribuir a la descarbonización.

4.- Disminución de costes.

Priorizar el CII puede reducir los costos operativos al disminuir el tiempo de inactividad y mejorar la eficiencia comercial. También ayuda a cumplir con otras normativas como el EU ETS, FuelEU Maritime y cualquier impuesto al carbono que la OMI pueda imponer en el futuro. Cada una de estas normativas conlleva un costo, y el trabajo inicial en CII puede reducir estos costos a tiempo.

5.- Enfoque en ESG.

Enfoque en ESG: Una estrategia sólida sobre CII refuerza la agenda medioambiental, social y de gobernanza (ESG) de la empresa. Tener una flota con altas calificaciones de CII demuestra un compromiso con la transición energética y puede atraer el interés de bancos y aseguradoras. Las contrapartes bancarias y de seguros se interesan mucho por los planes ESG, y el trabajo en estos temas también puede influir en la estrategia ESG de los clientes.

En este contexto, Glander International Bunkering ha desarrollado una nueva calculadora interna de combustibles para ayudar a los operadores a alcanzar la calificación de CII deseada junto a un equipo global de asesores de nuevos combustibles que proporcionan orientación sobre la comprensión de las calificaciones de CII y su impacto en la comerciabilidad de los buques.