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El factor olvidado

  • Última actualización
    22 julio 2024 16:37

Las averías son siempre inoportunas. Surgen en el momento más inesperado, cuando más falta nos hace aquello que se estropea o deja de funcionar. Lo digo por experiencia bien reciente, cuando esta misma mañana el agua caliente no salía de la cebolla de la ducha al deslizar levemente el mando hacia el punto rojo. En busca de una explicación, me acerco hasta la caldera y leo en la pantallita una letra y una cifra que parpadean alternativamente : A 63. “Anomalía de la centralita”, traduce el manual del fabricante. Y entonces, trato de recordar si contraté el programa de mantenimiento que me ofreció el fabricante en su día. No lo hice. Jarro de agua fría.

El ministro Óscar Puente ha encadenado dos jornadas ferroviarias consecutivas con su visita el viernes a las obras de ampliación y remodelación de la terminal logística de Adif de Júndiz, en Vitoria-Gasteiz, y con su presencia, ayer, en el acto de puesta en funcionamiento de la autopista ferroviaria Valencia-Madrid, que conectará el puerto valenciano con la terminal de Abroñigal, en Madrid.

Ambos constituyen importantes hitos en la evolución del transporte ferroviario de mercancías en España hacia cotas mayores y simbolizan la necesaria correspondencia entre infraestructura, servicio y rentabilidad económica y social. Existe, es necesario reconocerlo, una visión crítica de la política de inversión en infraestructuras de transporte realizada en España, donde se ha puesto especial atención a las redes viarias de alta capacidad con una insuficiente evaluación de la rentabilidad de estas inversiones que ha llevado a un exceso de inversión, generando sobrecapacidad en algunas carreteras y, especialmente, en la red ferroviaria de alta velocidad. Al mismo tiempo, no se ha atendido de igual forma la inversión y mejora de la competitividad en sectores estratégicos como el transporte de mercancías.

No vale con construir una infraestructura y ponerla en marcha con un servicio

La inversión en infraestructuras de transporte ha sido una prioridad en la política sectorial en España, el país europeo con más kilómetros de vías de alta capacidad y con más kilómetros de alta velocidad ferroviaria a nivel mundial, solo superada por China. Sin embargo, atendiendo a las inversiones realizadas, la estrategia seguida durante décadas en España no parece ser la más idónea, pues se ha concentrado en nuevas líneas de alta velocidad, relegando al transporte de mercancías, lo que explicaría su situación actual en reparto modal de mercancías. Si el objetivo era alcanzar cierto nivel de trasvase modal de mercancías de la carretera al ferrocarril y mejorar su competitividad en el transporte internacional, la masiva inversión en alta velocidad no parece haber sido la mejor elección.

Sirva lo anterior para destacar el esfuerzo realizado estos últimos años por la Administración para situar al transporte ferroviario de mercancías en el lugar que merece. Actos recientes como el de Júndiz, por el lado de las infraestructuras, como el de Valencia, por el de los servicios, muestran que el cambio está en marcha.

Sin embargo, no vale con construir una infraestructura y ponerla en marcha con un servicio. Como tantas veces, en otros ámbitos , nos olvidamos de que un adecuado mantenimiento forma parte esencial del correcto funcionamiento de un equipo o instalación La TECO de Adif en Bilbao, donde las constates averías sufridas por los equipos de elevación y manipulación afectan a la eficiencia de las operaciones y lastran la competitividad de sus clientes, como así lo han manifestado, así nos lo recuerdan. Es importante construir nuevas infraestructuras y abrir nuevos servicios. Pero lo es más asegurarse de que funcionen como es debido. Invirtiendo también en su mantenimiento. Ya se sabe, ese gran olvidado... hasta que no sale agua caliente en la ducha.