Es curioso que la burocracia patria lleve a que las normas que garantizan el buen funcionamiento entre las Administraciones impidan el buen funcionamiento de las Administraciones.
Sirva como ejemplo una lectura cuidadosa del último convenio para los nuevos accesos ferroviarios al Puerto de Barcelona,donde es imposible no asfixiarse en la perplejidad que provoca el hecho de que cuatro administraciones que son, lo siento mucho, 100% lo mismo, es decir, 100% públicas y 100% Estado, deban tejer semejante malla de cláusulas con semejante transfondo jurídico y semejante carga de papel de fumar para que nadie pague lo que no quiere, ni puede, ni debe y se obligue por igual razón a los demás. Bien es cierto que cada una de estas administraciones no se financia de la misma manera, pero el origen de esa financiación está en el ámbito competencial, justo donde entra la rivalidad, las suspicacias y el tira y afloja entre miembros de la misma familia, lo que convierte los convenios en partos de durísima negociación.
Para que vean que el colmillo lo traemos retorcido de serie, este martes Transportes anunció la ejecución de la duplicación del acceso a Escombreras (1,5 millones de euros), tramo que una vez concluido será “cedido gratuitamente a la Autoridad Portuaria” rezaba textualmente la nota de prensa. ¿Es preciso de verdad dejar recaditos entre un ministerio y uno de sus puertos del tipo “gratuitamente”? Parece que sí, así es que imaginen cuando se sientan a una mesa para negociar una inversión 700 veces mayor...