Desconozco hasta qué punto, algún día, la Inteligencia Artificial será capaz de tomar decisiones estratégicas en el ámbito de la empresa, de esas de las que dependen el éxito o el fracaso, las ganancias o las pérdidas, la riqueza o la ruina, sin que el azar o la incertidumbre se interpongan a su paso. Seguramente, jamás. Blanca o negra, la magia no se sienta en los consejos de administración de las empresas ni se practica por parte de los órganos de dirección. Que se sepa, al menos.
Y por mucho que la Inteligencia Artificial nos parezca un truco de magia, capaz de hacer salir conejos de una chistera y hacer desaparecer palomas tras un pañuelo, sus resultados tienen una explicación lógica...hasta donde los profanos alcanzamos a comprender. La toma de decisiones estratégicas define el rumbo empresarial y para realizar la elección adecuada se requiere tanto de un análisis lógico y de datos objetivos para evaluar alternativas y seleccionar la mejor opción, como confiar en la intuición y la experiencia personal, sobre todo en situaciones ambiguas.
Supongo que en decisiones empresariales de la dimensión y trascendencia que adquieren las realizadas por las líneas navieras en el contexto de las alianzas, concurren estos y más elementos, con la particularidad de que deben ser decisiones reactivas y proactivas al mismo tiempo, dada la naturaleza altamente cambiante del negocio.
En el día de ayer tuvimos ocasión de asistir a un nuevo movimiento de ficha en la partida de ajedrez que juegan las grandes líneas navieras de contenedores en el tablero global, con el anuncio de THE Alliance (ONE, HMM, Yang Ming) de prorrogar su acuerdo cinco años más y su cambio de nombre a Premier Alliance a partir de febrero de 2025, incluyendo un acuerdo de colaboración de intercambio de slots con MSC que afectará a nueve servicios a partir de dicha fecha.