Dicen que el tiempo pone cada cosa en su lugar, aunque más bien son la naturaleza y la propia condición humana quienes lo hacen. Mañana, 13 de marzo, se cumplirán 1.461 días, o lo que es lo mismo, cuatro años, desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciara la entrada en vigor al día siguiente y durante un máximo de 15 días, del estado de alarma en toda España para frenar la pandemia de coronavirus, y que finalmente se extendió por espacio de 98 días.
Mientras el virus provocaba a diario millares de muertes y hospitalizaciones, el confinamiento alteró por completo nuestros hábitos sociales y laborales. “Nada volverá a ser lo mismo”, se repetía machaconamente entonces. Restringido el contacto personal por motivos profesionales a lo mínimo indispensable, la tecnología desplegó todo su potencial y el teletrabajo emergió como una solución salvadora para mantener al menos la actividad de muchas empresas en unos niveles que garantizaran su supervivencia.
Cuatro años después, el teletrabajo corre el riesgo de quedarse como un recuerdo más de la pandemia, perdiendo peso en España en el último año ya que, de entre la población ocupada, tan solo un 13,8% lo sigue manteniendo, según datos de la Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El sector logístico vivió la pasada semana sendas citas históricas en Valencia y Sao Paulo que muestran el insustituible valor del contacto personal directo
El INE incluyó el teletrabajo en la encuesta en 2021, tras el auge de esta práctica por la pandemia y entonces alcanzaba el 17,6%. Al año siguiente la práctica del teletrabajo cayó hasta el 14% y en 2023 se ha mantenido estable, con un descenso de apenas dos décimas. El teletrabajo, como la videoconferencia, los webinarios o las ferias virtuales, irrumpieron con fuerza como única forma de interacción personal en una situación excepcional.
La pasada semana, el sector logístico vivió sendas citas históricas en Valencia y Sao Paulo (Brasil) , dos ciudades separadas por 8.500 kilómetros de distancia , pero que con motivo de la Fiesta de la Logística de Valencia, Concurso Mundial de Paellas para empresas del sector logístico, organizada por Diario del Puerto, y de Intermodal South America, feria logística líder en América y segunda del mundo tras Transport Logistic, han servido para confirmar que nada hay más natural y humano que el contacto directo entre profesionales para, bien crear empresa y cohesionar los equipos, bien para establecer nuevas relaciones de negocio que se basan precisamente en la confianza entre personas.
Tanto la Fiesta Logística de Valencia como Intermodal South America, que han saldado su última cita con sendos récords de participación, quedaron cancelados ahora hace cuatro años en vísperas de su celebración a causa de la pandemia.
La reciente experiencia vivida tanto en Valencia como en Sao Paulo, donde Diario del Puerto informó también de forma presencial sobre la Cumbre Brasil-España presidida por Pedro Sánchez, pone de manifiesto una vez más la vocación de los profesionales logísticos, con independencia de su procedencia, de participar activamente en aquellos puntos de encuentro profesionales que al mismo tiempo enriquezcan también su faceta personal y les permitan compartir momentos de diversión en compañía. A fin de cuentas, no somos únicamente “Homo economicus”, sino también “Homo ludens”.
