Liderados por la CEV, las empresas Noatum y Logitren Ferroviaria, a la postre principales interesadas en que la conexión reciba los fondos necesarios para su actualización al siglo XXI, así como el Ayuntamiento de Sagunto y la Autoridad Portuaria de Valencia, han participado en la elaboración del estudio del Corredor Cántabro-Mediterráneo de la Universidad Politécnica de Valencia. Las conclusiones no han sido novedosas, la verdad, pero este estudio ha permitido a los empresarios valencianos ser el centro de la noticia y, de paso, tocar un poco las narices a los políticos del gobierno nacional (porque afortunadamente los autonómicos saben muy bien de la potencialidad de la ruta ferroviaria), centrados estos días en ver como salvan los muebles en las próximas citas electorales. Insistimos. El actual estado del trazado impide el flujo de tráfico ferroviario de mercancías entre los puertos de Valencia y Sagunto y la plataforma logística de Zaragoza con eficiencia, con lo que la pérdida de competitividad de las empresas valencianas es clara y evidente. Problemas estructurales y de pendientes, en un caso (tramo Sagunto-Teruel) y señalización y de conexión tren-tierra, en otro (tramo Teruel y Zaragoza) impiden a las empresas reducir sus costes y favorecer el intercambio de mercancías.Además, a las actuaciones en las infraestructuras lineales deberán sumarse, si es que los que mandan se dignan de una vez a verlo, mejoras en las terminales ferroviarias. Es decir, que se actualicen los medios para las operaciones logísticas y que se puedan poner en marcha trenes de mayores longitudes que permitan activar la economía, haciendo más rentables las cargas que se transporten. No hay que olvidar que este corredor cuenta con 34 terminales del Adif y 39 privadas "pero sólo cinco terminales de Adif tienen medios para la manipulación intermodal", subrayaron desde la CEV. De vergüenza.Esta no es la primera ocasión en la que los empresarios levantan la voz para reclamar una mejora que ayudará, y mucho, al crecimiento económico de las comunidades autónomas por las que discurre el tramo ferroviario y sus aledaños. Como recordarán, el pasado verano, en un acto con pocos precedentes, diferentes entidades y organizaciones del ámbito empresarial hicieron público un informe donde identificaron las infraestructuras prioritarias para mejorar el posicionamiento competitivo de la Comunitat Valenciana. Entonces, reclamaron al Gobierno central la necesidad de actualizar los presupuestos para acelerar el proyecto que el pasado viernes pusieron de nuevo en valor los empresarios de la CEV. Pero poco se ha hecho desde entonces. No puede ser que la escasa atención a la conexión ferroviaria Sagunto-Zaragoza sea algo endémico de la Administración central; no puede ser que los servicios actuales entre Valencia, Zaragoza y el País Vasco exijan la utilización de rutas alternativas porque la más directa está inservible; no puede ser que pese a los esfuerzos de las empresas la Administración no haga nada. Sólo un dato, el Puerto de Barcelona tiene 27 servicios a la semana con Zaragoza y el de Valencia ninguno. Me constan los esfuerzos comerciales de los operadores logísticos. Entonces ¿de quién es la culpa? ¿Hay alguien ahí?