En esa repetición, el acto empieza a perder sentido y se vuelve un lugar común, una eterna promesa de un "algo" que nada asegura que luego se concretará. Y esa es, justamente, la percepción que sobre la política y los políticos tiene el artista, particularmente en un país como Perú, donde se vive "una suerte de ilusión de democracia, pero que siempre termina siendo lo mismo", según Nolte.Dios me libre de comparar Perú con España pero, visto lo visto, tampoco vería tan disparatado que el fotógrafo peruano se apareciera un buen día entre nosotros para realizar una edición española de "La primera piedra". Material tiene de sobra. Y es que hay algo de enigmático, solemne y hasta poético en las ceremonias protocolarias de colocación de la primera piedra, que las convierten en un acto especialmente atractivo para los políticos dado ese afán suyo de pasar a la posterioridad a través de sus "obras".Lástima que en muchas ocasiones la primera piedra se queda solo en eso, en una urna con un puñado de monedas, varias portadas de periódico y un documento con nombres de autoridades, sepultada por una palada de cemento. Un mudo testigo de un fracaso, de una promesa incumplida o lo que es peor, de una mentira. Ese "algo" que nada asegura que luego se concretará, como magníficamente refleja Musuk Nolte en su proyecto fotográfico.En estos últimos años de crisis económica hemos asistido a la paralización de numerosos proyectos de infraestructuras de transporte que tuvieron también su primera piedra. Literalmente. Por lo que al ámbito del País Vasco se refiere, recuerdo a bote pronto la colocación de la primera piedra de la nueva estación de mercancías de Adif en Basauri (Bizkaia) hace unos cinco años. El solar permanece hoy igual que entonces, aunque cubierto por la maleza. Como acto de colocación de primera piedra podría calificarse también, tal y como recordaba en esta misma columna la pasada semana, la presentación de 12 nuevas locomotoras de mercancías de Euskotren hace 6 años y de las que hoy tan solo circula una. O la plataforma logística Arasur, inaugurada hace nueve años y que en absoluto ha justificado la millonaria inversión realizada, con la mayoría de sus naves vacías.Visto lo anterior no es de extrañar que las autoridades se cuiden mucho ahora de colocar la primera piedra de algo que algún día les recuerde el incumplimiento de lo prometido, aunque bien es cierto que la hemeroteca sigue cumpliendo con su función de recordatorio. La Voz de Galicia publicaba el pasado sábado cómo el nuevo trazado ferroviario del Puerto de Vilagarcía cumplía su primer año de vigencia sin que un solo tren la hubiera recorrido.Mientras tanto, esta misma tarde se firmará el convenio para la construcción del apartadero ferroviario de Arasur entre el Puerto de Bilbao, Gobierno Vasco y Diputación Foral de Álava. No habrá primera piedra ni urna con monedas y periódicos del día. Tampoco acudirá Musuk Nolte pero sí un servidor para contarlo... y recordarlo.