En un escenario marcado por las alertas lanzadas por la cadena logística, quiero secuestraros un momento, captar vuestra atención y analizar la verdadera valía que tienen algunos proyectos que impactan de lleno en la vida de personas que, por circunstancias totalmente ajenas a ellas, han nacido en países con situaciones complejas.
Sí, sé que la actualidad logística está candente, al rojo vivo. Por un lado, tenemos al sector portuario pendiente del informe preliminar sobre el impacto del ETS, a pesar de que parece que las conclusiones no serán de gran interés dada la metodología del análisis que lastrará el rigor que este tipo de documentos requieren. Además, comienzan a contabilizarse los impactos en los puertos tras activarse este sistema de pagos de derechos de emisiones por la escala de buques en los puertos de la UE y los paraísos ambientales portuarios comienzan a verse claros también en el norte de Europa, con Reino Unido dando la bienvenida a los buques con los brazos abiertos y los derechos de emisiones en modo OFF. ¿Servirá esta situación para que el ETS se repiense?
Por otro lado, está la huelga en el transporte de mercancías por carretera, anunciada por UGT y CC.OO. y cuyo objetivo principal es lograr la jubilación anticipada mediante la aplicación de coeficientes reductores. Hoy mismo está previsto que patronal y sindicatos se reúnan en el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje. Veremos cómo queda la cosa, aunque los sindicatos ya han alertado de que el Gobierno “no ha dado señales de vida” y las empresas parece que tampoco están en total sintonía con las peticiones.
¡Ah! Se me olvidaba, también tenemos una última hora de ¡ojocuidao! en Aragón. Por lo visto, los trabajos en el Corredor Mediterráneo están provocando un impacto “altamente negativo para la salida de las mercancías agroalimentarias de las terminales ferroviarias aragonesas”, denuncia el Gobierno de Aragón. Las obras, a la altura de Roda de Bará (Cataluña), comenzaron el 1 de octubre y, en apenas dos semanas, el número de trenes cargados de contenedores y mercancías a granel se ha reducido en un 75%. En el caso de la Terminal Marítima de Zaragoza (tmZ), de operar entre 130 y 140 trenes en ese periodo se ha pasado a 34. Pues nada... De verdad que hay veces que sólo puedes pensar que no hay nadie al volante y que las cosas salen porque, mira, salen.