El puerto de Valencia recupera la normalidad y lo hace a golpe de eficiencia porque el servicio nunca se ha detenido. Así lo han recordado desde la Autoridad Portuaria cada vez que hemos preguntado durante las últimas semanas, ante el temor de que las consecuencias de la DANA se hubieran llevado por delante (también) los servicios portuarios. Pero no fue así. El enclave quedó protegido del envite de la barrancada y sus servicios, aunque estuvieron en parte paralizados por las circunstancias, siempre quedaron a la espera de ser activados por las autoridades competentes. Eso sí, las conexiones terrestres con el puerto de Valencia sí que sufrieron los estragos de la destrucción danística (permitidme que me invente palabras).
Las viarias se han ido solucionando a velocidades vertiginosas. Una semana después de la catástrofe ya teníamos soluciones en marcha; en dos, ya se habían construido puentes y bypass alternativos... Os confieso que, después de ver cómo habían quedado algunas de las carreteras de acceso a Valencia (pista de Silla, bypass, carretera de Madrid, etc.), pensé que estaríamos dos meses con problemas de conectividad. No ha sido así.
Y en la parte ferroviaria, tres cuartas partes de lo mismo. Algunos tramos de vías desaparecieron literalmente, así que, que hoy se reabra la ruta directa para los trenes de mercancías entre el puerto de Valencia y Madrid me parece increíble. También os digo que no soy ingeniera, así que lo mismo tampoco es tan alucinante, pero, qué queréis que os diga, después de ver cómo seguimos con centenares de sótanos inundados de lodo y sin soluciones efectivas a la vista... pues cualquier cosa podría haber pasado.
Pero, sigamos con los trenes. Recordemos que se reabre la ruta directa Valencia-Madrid, porque los servicios no se han suprimido durante este tiempo; y que se reabre recuperándose así la eficiencia del servicio y su sostenibilidad económica y ambiental.
Después de la DANA, algunos de los tráficos con origen o destino Valencia tuvieron que desviarse por rutas alternativas, fundamentalmente vía Tarragona o Teruel, lo que incrementó notablemente los kilómetros recorridos en cada viaje. Hablamos de hasta 340 kilómetros más por viaje, duplicar los kilómetros habituales y cositas extra a nivel de electrificación de la vía, rotaciones y demás, así que no ha sido poca cosa la que gestionar. Los operadores se lo han currado.
Por eso, que hoy se reactive la circulación más óptima y directa entre Madrid y Valencia, que se recupere la circulación de 53 trenes a la semana (intermodales, siderúrgicos y de automoción) que operarán más eficazmente es motivo de alegría. Alegría logística.
Por otro lado, ATEIA-OLTRA Valencia volvió a poner encima de la mesa la semana pasada aquella propuesta lanzada hace mil años de activar una zona franca cerca del puerto de Valencia. La verdad es que no sé muy bien por qué esta iniciativa de la comunidad portuaria se ha quedado siempre en pausa. Se comentó hace muchos años y recuerdo que el municipio de Paterna estuvo moviendo el asunto, pero supongo que las urgencias arrasaron con el tema... En esencia una zona franca sólo tiene ventajas, ¿no? Optimizas la logística y distribución de las mercancías, aportas beneficios fiscales y aduaneros a la carga, se puede atraer a la inversión extranjera y generas riqueza en el territorio. Pero, por lo que sea, aquí no ha cuajado.
Quizás la competitividad se esté impulsando con otras estrategias, con acuerdos comerciales internacionales, incentivos logísticos x... Por nuestra parte, toca esperar a ver si la propuesta de ATEIA encuentra sus apoyos. Esperaremos.