Hace unos días se ha celebrado en Valencia el I Foro Económico y Social Mediterráneo, organizado por Prensa Ibérica y con la asistencia de más de mil personalidades del mundo empresarial, político y académico.
Hay que recordar que el arco mediterráneo engloba a 6 de las 8 principales ciudades españolas, y supone aproximadamente un 50% de la población de nuestro país, contando las cinco comunidades autónomas que lo forman: Catalunya, Comunidad Valenciana, Baleares, Murcia y Andalucía.
Se ha hablado sobre temas de una gran importancia para los ciudadanos, como energías limpias, desarrollos sostenibles, turismo, ciudad, la gestión del agua, inmigración, empleo, economía y, cómo no, sobre movilidad.
Una de las ponencias ha versado sobre el Corredor Mediterráneo, aunque puntualizaría que exactamente se habló sobre la necesidad de acabarlo, ya que acumula mas de 25 años de retraso y tiene un plazo de finalización en el año 2025 que seguro no va a cumplirse.
El corredor es básicamente una infraestructura con doble vía ferroviaria que atravesará las comunidades autónomas mencionadas, con excepción de Baleares claro, y que va a mejorar la movilidad de las personas y a potenciar el tráfico de mercancías, en un área económica que engloba mas del 47% del PIB Nacional.
En España pecamos de maniqueísmo y rápidamente convertimos todas estas situaciones en una confrontación, bien entre corredores, o entre puertos, o incluso entre comunidades
Otro de los grandes objetivos que va a tener este corredor es la conexión de este a una red europea de 3.500 kilómetros de longitud, y que aglutina al 55% de los ciudadanos de la UE y al 66% del producto interior bruto. Parecen argumentos sólidos y beneficiosos para el país. Además, el dotar de recursos para finalizar la construcción de esta infraestructura no va en detrimento de la financiación suficiente de otras obras de gran envergadura, por ejemplo el Corredor Atlántico, que también debe tener su cabida dentro de los presupuestos del Gobierno de la nación.
Este arco mediterráneo al que nos estamos refiriendo, y si lo trasladamos al sistema portuario español, engloba a 7 de los 10 mayores puertos por volumen de tráfico en el año 2023, y los beneficios de tener puertos competitivos y bien conectados se extienden al resto del país y muy especialmente al centro de la península, una zona de alta densidad poblacional y con un flujo muy alto de mercancías. Los índices de conectividad portuaria de los 3 principales puertos españoles, Algeciras, Valencia y Barcelona, han mejorado respecto a años anteriores, siendo Valencia el puerto mejor conectado del Mediterráneo. Los éxitos de cada uno de estos puertos debe entenderse como un éxito del sistema y del país y es una facilidad añadida para el desarrollo económico y la competitividad de nuestras empresas,
En España pecamos de maniqueísmo y rápidamente convertimos todas estas situaciones en una confrontación, bien entre corredores, o entre puertos, o incluso entre comunidades. Tenemos una fortaleza logística que es la envidia de muchos de nuestros vecinos, y cuando ambos corredores estén finalizados, el país habrá dado otro paso más en su modernización y en potenciar su rol de hub logístico y de conexión entre Europa, África y América, lo que es una excelente noticia para todos nosotros. Solo me queda decir que ¡Queremos Corredor!