El caso es que atravieso un estado de manifiesta calma energética tras escuchar al lobby eólico. No hay de qué preocuparse. La electricidad está garantizada. Buena, bonita, barata y en abundancia. “Cuando sopla el viento, baja el precio de la luz”, dice la Asociación Empresarial Eólica (AEE), cuyo presidente, Juan Diego Díaz, definió el 2 de junio en la presentación de WindEurope 2022 a celebrar en Bilbao, que la eólica es ya “la columna vertebral” del mix eléctrico en España. Y Bilbao es el “lugar ideal” para acoger el evento y “perfecto ejemplo” del valor económico del viento, como subrayó Giles Dickson, CEO de WindEurope, la patronal eólica europea.
En efecto, el valor económico del viento, la posibilidad de vivir del aire, no sería posible sin la existencia de los puertos y la necesaria aportación de los profesionales y empresas de las comunidades portuarias (navieras, consignatarias, transitarias, estibadoras, transportistas...), formando un ecosistema logístico-portuario altamente especializado que ha convertido al Puerto de Bilbao en un reconocido hub internacional para la industria eólica, terrestre y marina.
Ayer mismo, el Ente Vasco de la Energía organizó una visita técnica al Puerto de Bilbao para informar del avance de la plataforma para eólica flotante que construye la ingeniería vasca SAITEC y que será instalada en BiMEP (Armintza), como prueba del insustituible papel de los puertos en el desarrollo de esta prometedora fuente de energía renovable.
La Comisión Europea debería desarrollar una estrategia portuaria y reconocer el valor social y ecológico de los puertos, claves para la energía eólica marina, ya que son parte vital de la cadena de suministro y logística necesaria para la instalación, montaje, operación y mantenimiento de parques eólicos marinos
El ejemplo de Bilbao, como “lugar perfecto” para el desarrollo de la energía eólica, como reconoce WindEurope, debe servir para mejorar la infraestructura portuaria europea como base para el desarrollo de la energía eólica marina. Europa necesita invertir ahora más de 6.500 millones de euros en sus puertos sólo para lograr el objetivo de eólica marina para 2030, afirma WindEurope.
La Comisión Europea debería, por tanto, desarrollar una estrategia portuaria y reconocer el valor social y ecológico de los puertos, vitales para la energía eólica marina, ya que todas las turbinas y equipos se transportan por ellos y son la base para la operación y el mantenimiento de parques eólicos marinos y un imán para gran parte de la cadena de suministro.
Europa impulsa una gran expansión de la energía eólica marina y no puede lograr este objetivo sin inversiones en infraestructura portuaria, como muelles de carga pesada y profundos, cadena logística e infraestructura de hidrógeno, y, sobre todo, espacio. El desarrollo de la infraestructura portuaria suele ser competencia de autoridades locales, regionales y nacionales, pero por la importancia estratégica de los puertos para cumplir los objetivos de la UE en materia de energía renovable marina, la CE debería movilizar los instrumentos financieros para apoyar las inversiones necesarias.
De Bob Dylan, del que ni soy fan ni es Nobel de mi devoción, me apropio para el título de esta columna la frase “La respuesta está en el viento” de su tema “Blowin’ in the Wind”. Aunque en realidad, y para de lo que se aquí se trata, la respuesta está en los puertos. Pero citar a Dylan es más cool, por mucho que encuentre a Robert Allen Zimmerman aburrido y sobrevalorado.