A través de una confusa redacción, el medio digital aseguraba que el Ministerio de Medio Ambiente (no el de Transición Ecológica) exigía a la DIA (como lo leen) medidas preventivas y correctoras para proteger las playas... y bla, bla, bla...
A poco que una persona viva en este mundo y sepa qué es una Declaración de Impacto Ambiental, tendrá claro que se trata de un documento que, además de indicar si un proyecto es factible o no, recoge las medidas correctoras necesarias para que el impacto de la obra en cuestión sea minimizado. Una vez elaborada la declaración y publicada en el BOE, es firme y nadie puede exigir su modificación si no es a través de la elaboración de una segunda DIA, si es que procede y se considera que es necesario desarrollarla porque se ha producido una modificación sustancial del proyecto inicial.
En un alarde de trabajo de investigación sin parangón, derrochando talento periodístico por los cuatro costados, el medio de comunicación en cuestión tuvo acceso a una nota de prensa de agosto del año 2007 en el que se comunicaba la DIA favorable a la Ampliación Norte del Puerto de Valencia y se detallaban las acciones correctoras necesarias para poder acometer la obra...
Podría llegar a entender que, cegado por la actualidad, el medio de comunicación no se percatara de la fecha de la nota y tratara la información como algo totalmente novedoso. Lo que es del todo imperdonable es que a la luz de esa nota de prensa el titular sea que el Gobierno exige al Puerto que proteja las playas y no que el proyecto ha recibido una Declaración de Impacto Ambiental favorable, tal y como se tituló aquella nota en 2007. En fin.
Como se pueden imaginar, incluso cuando la noticia es una mentira, hay quien no puede contener su palabrería y derrocha sabiduría en los comentarios inferiores de la publicación digital. Da igual cuál sea el contenido, siempre habrá un argumento contra lo que sea.
Como bien saben, dentro de poco tiempos los grandes medios de comunicación generalistas españoles van a empezar a cobrar por sus contenidos. Ya no tanto por las notas de prensa a las que todos tienen acceso, sino por informaciones propias, elaboradas, contrastadas y con un claro valor añadido.
Esta tendencia, que ya les aviso que es imparable, va a dejar al descubierto muchas evidencias. Como es lógico, el que quiera pagar por informarse va a seleccionar bien dónde pone su dinero y no va a dejarse llevar tanto por el número de clics o visualizaciones, sino por lo que en realidad le está aportando el medio de comunicación.
Quizás, simplemente quizás, esta tendencia podría ayudar a separar el grano de la paja. La pregunta, la eterna pregunta, es a cuánto están dispuestos a renunciar los medios de comunicación con un modelo publicitario que todavía se rige por el número de visualizaciones, muy por encima del interés y de la verdad de los contenidos.
Que no les engañen y no se equivoquen.