Si tomamos del diccionario de la RAE la cuarta entrada de la definición de la palabra “logística”, es normal que a escasos días de la “Grand Depart” o salida de la primera etapa del Tour de Francia desde Bilbao, este titular del diario El País provocara una inquietud más que razonable entre los aficionados bilbaínos al deporte de las dos ruedas: “La problemática logística de Bilbao para acoger el Tour de Francia”.
Hacía el titular una utilización tan amplia e imprecisa del término “logística”, algo por lo demás bastante frecuente en la prensa generalista, que lo mismo lo utiliza para referirse a aspectos de seguridad u organización, que realmente planteaba serias dudas sobre la capacidad de Bilbao y de la propia organización de la carrera para celebrar un evento deportivo de clase mundial y que tal vez sólo sea superad en su complejidad y volumen por las Olimpiadas y el Mundial de Fútbol, con permiso también de la Fórmula 1.
Afortunadamente, e interprétese la utilización del adverbio como defensa del significado que en este medio y en este sector damos a la logística, el firmante del artículo, un reputado periodista deportivo local, apostillaba en el subtítulo: “El Gobierno Vasco afronta una dura negociación con la Ertzaintza y puestos de voluntarios se cubren a 10 euros la hora”.
No será entonces la logística, según la acepción de la entrada cuarta de la definición de la RAE, lo que ponga en riesgo la celebración de la prueba: “logística: Conjunto de medios y métodos necesarios para llevar a cabo la organización de una empresa o de un servicio, especialmente de distribución”. No, al menos, por parte de la empresa XPO Logistics, proveedor oficial de los medios y los servicios de transporte y logística para una competición que mueve 690 toneladas de mercancías a lo largo de 4.360 kilómetros durante 21 días y en 45 localidades diferentes, con metas situadas a más de 2.000 metros de altitud a las que la gran caravana del Tour , incluido el material necesario, llega por carreteras estrechas y serpenteantes que exigen una planificación y una destreza logística de primer nivel.
Los eventos deportivos son acontecimientos globales y globalizados, en los que participan deportistas y equipos de todo el mundo y precisan, por tanto, una serie de servicios logísticos para que todo el equipamiento y material esté a punto para la competición.
Son procesos invisibles a ojos de la mayoría, sin los cuales los grandes eventos deportivos no serían una realidad. Para llevar a cabo con eficacia esta misión es necesario tener dos cualidades fundamentales: la flexibilidad, muy importante porque cada etapa es diferente; la capacidad de adaptación y respuestaa los imprevistos, ya que éstos pueden surgir en cualquier momento,
El que esto firma planificó su propia logística para poder ser testigo en primera fila, en la pared del 20% de Pike Bidea, de la primera batalla del Tour de Francia 2023 entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard. La logística de la organización y de la afición funcionó a la perfección. Aunque como en cualquier operativa logística, sea del tipo que sea, la amenaza de una disrupción de la cadena de suministro siempre está presente.
De hecho, en la rampa más dura de Pike Bidea, dos motos de la organización, ahogadas por la marea humana y la propia pendiente, a punto estuvieron de arruinar una planificación logística excelente. Pero estaba escrito que todo fuera sobre ruedas. Y así fue.