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Los buitres de los saldos

¿Se han dado cuenta de que desde que comenzó el confinamiento hemos modificado nuestra cesta de la compra? Como se lo digo.

  • Última actualización
    17 abril 2020 15:40

Según parece, al principio de todo esto, nos decantábamos por productos de primera necesidad (bueno con excepciones: ¿recuerdan la locura colectiva extraña que hizo que muchos acumularan papel higiénico a gogó?), en cambio ahora el carrito ha empezado a llenarse de caprichitos y extras. Ya que no salimos por ahí a tomar un algo, nos permitimos un mimito gastronómico en casa. Por eso ha subido la venta de cerveza un 45% y de los aperitivos (obviamente, son productos vinculados inexorablemente: una cerveza a palo seco, hombre por favor, que estamos confinados pero no somos dummies) un 44%. Además, como estamos pelín creativos nos ha dado por hacer pan, bizcochitos, muffins, torrijas, etc. Lo que ha disparado la venta de la harina y productos para repostería un 60%. Madre mía, vamos a salir de ésta con el azúcar por las nubes y pelín rechonchetes. Así que propongo ir promocionando la etiqueta #vivaelfofisanismo #sercurvimola

Pero les hablaba de los cambios en nuestro día a día porque una de las rutinas que más ha evolucionado durante estas semanas, provocando quizás un avance que nos hubiera llevado algún que otro año en escasas semanas, ha sido la decisión de comprar online nuestros productos de alimentación. Nuestros supermercados de confianza se han visto superados ante la avalancha de peticiones online (se ha detectado un incremento de este tipo de búsquedas -supermercado + compra online- de hasta el 809%). Tal ha sido la demanda, que se han registrado picos de venta de más del 145%, aunque la media se sitúa en el 80%.Con estas cifras, las cadenas se han visto obligadas a reforzar sus servicios a domicilio. Los operadores logísticos han tenido que salir a dar consejos y apoyo y los nuevos contratos de personal de almacén y distribución han comenzado a producirse a correprisa. 

La crisis de 2008 nos deparó la venta, fusión o desaparición de grandes compañías españolas. Así que luchemos por mantener vivo el tejido empresarial, que no lleguen de fuera a quedarse con empresas a precio de saldo

Además, no sólo compramos alimentación, los supuestos pedidos de productos de necesidad se han disparado porque, por lo visto, nos urge recibir en casa material deportivo, juegos de mesa, manualidades, videojuegos, mobiliario o productos de jardinería. Como resultado, las ventas del e-commerce han seguido creciendo un 24% en las últimas semanas (los primeros días del confinamiento se llegó a picos puntuales de ventas de hasta el 129%) lo que confirma a este negocio como el gran ganador de la temporada (ejemplo: Amazon ha contado estos días con máximos históricos en Wall Street). 

Por cierto, ojito que los listos de los fondos de inversión, rollo Blackstone, ya están analizando sus opciones para aprovechar “las oportunidades de inversión”, es decir, ya están al quite de las empresas que puedan estar en problemas para llegar al rescate. Por el momento Blackstone, que el pasado año ya destinó 4.400 millones a la compra de una cartera logística y de oficinas, ha logrado captar 9.800 millones de euros. Así que cuidadín que no podemos perder a ningún operador más. 

La crisis de 2008 nos deparó la venta, fusión o desaparición de grandes compañías españolas. Así que luchemos por mantener vivo el tejido empresarial, que no lleguen de fuera a quedarse con empresas a precio de saldo. Los empresarios se merecen más que ver sus proyectos desvanecerse. Está claro que, en algunos casos, la venta del operador es un win to win y que las jubilaciones son satisfactorias, no soy tan ilusa, pero no todas las empresas corren la misma suerte; así que, mientras el nuevo futuro del sector se va definiendo, con la relocalización de la producción como eje central (la globalización da miedito en estos momentos), intentemos no perder a nadie.