Menú
Suscripción

Los retos del sector porcino

Logístico

Albert Oñate
  • Última actualización
    16 septiembre 2024 05:20

Estos días el presidente del Gobierno ha visitado China, y uno de los motivos de su viaje era solicitar a las autoridades chinas, lideradas en la reunión de trabajo por su presidente Xi Jinping, que se replantearan el anuncio de nuevos aranceles para las importaciones europeas de carne porcina, establecidas como respuesta al anuncio europeo de aplicar aranceles extraordinarios a las importaciones de coches eléctricos. Confiemos que tenga éxito en sus gestiones.

El sector porcino en España tiene un gran peso en la economía, siendo el mayor exportador de la Unión Europea, y el tercer productor mundial por detrás de China y Estados Unidos. En el año 2023 el sector exportó por un importe de 7.400 millones de euros, y China fue el primer comprador con un 18% del total de la producción. Pero hay dos datos preocupantes y sobre los que el sector deberá trabajar. La producción global del año 2023 fue casi un 4% menor que la del año 2022 rompiendo una cadena alcista de muchos años, y las ventas a China se redujeron más de un 25%.

Las guerras comerciales, al igual que las convencionales, se sabe muy bien como empiezan pero es impredecible saber cómo y cuándo acabarán. Todos tenemos muy presente las sanciones que la Administración Trump impuso a la aceituna negra española en 2018, y a pesar de que diversos tribunales han dado la razón a España y a la Unión Europea, siguen sin revertirse los aranceles antidumping y anti-subvención, que han hecho descender significativamente el volumen de las ventas. Y sin visos de solución a corto plazo.

Los aranceles no solo se fijan con afán recaudatorio, sino que también funcionan como barreras a productos del exterior y de esta forma proteger a las industrias locales, o para compensar, como parece ser en el caso de los coches eléctricos, posibles ayudas estatales en los países de origen.

Y como tantas cosas en la vida, los aranceles tienen sus aspectos negativos, ya que suponen un incremento de precios a los usuarios o consumidores, y también pueden llegar a desincentivar la investigación y el desarrollo de las industrias locales.

Es un sector muy importante en los flujos logísticos

Europa y en concreto Alemania tienen una potente industria automovilística de combustión tradicional, y a los fabricantes les ha costado ver la competencia que suponen los vehículos eléctricos, a pesar de las ventajas que estos tienen si queremos alcanzar el compromiso de emisiones en el año 2030.

Pero volvamos a la carne de cerdo y a la necesidad e interés que tenemos en mantener la competitividad de nuestra industria y su penetración en mercados exteriores.

Aragón y Cataluña son las principales áreas de producción en nuestro país, y además de dificultades como la de los aranceles chinos, estas empresas tienen otros frentes locales abiertos en las localidades y zonas donde están instaladas.

La contratación, alojamiento e integración de la mano de obra, principalmente inmigrante, en las zonas rurales donde están ubicadas las empresas, no es siempre sencilla.

Ahora bien, sin duda el mayor reto al que se enfrenten sea a la necesidad de mejorar la sostenibilidad y reducir los efectos negativos en el medio ambiente de la producción cárnica intensiva.

Me consta que la administración es estricta en la normativa, y ello hace subir los costes, y también que muchas empresas dedican grandes recursos a suavizar los efectos negativos en los entornos productivos.

Muchas variables para un sector importantísimo en nuestra economía, y en los flujos logísticos.