Aspira Nicole Kidman a la enésima cumbre de su carrera con el papel protagonista de “Babygirl”, un thriller de “alto voltaje”, que es ese añejo y pretencioso eufemismo periodístico con el que se quiere venir a decir que la película contiene escenas de sexo hasta en los créditos.
Más allá del papel estelar de Kidman y de ese perfecto marido hasta en la cama que interpreta nuestro querido Antonio Banderas, lo que nos interesa de la película (créanme) es el rol de la protagonista como CEO de Tensile Automation, empresa de logística con sede en Nueva York que acaba de lanzar un nuevo robot llamado Harvest para acelerar la selección de productos del almacén y garantizar la entrega de pedidos en el día. Como quiera que las cosas no suceden por casualidad, tengan por seguro que los guionistas le dieron a esta cuestión cien mil vueltas, hasta concluir que el escenario más cool y más sugerente para una película erótica en 2025 no podía ser otro que el de la logística. Están de acuerdo, ¿verdad? Pues más lo van a estar cuando reparen en que la filia de Romy Mathis (Kidman en la película) es el sadomasoquismo, algo de lo que también andamos sobrados en el sector logístico...