En este país, en el que muchos rigen su destino vital en función del albedrío de un esférico sobre un tapete de césped, queda más que claro que es el fútbol el que marca el tempo, impone los ritmos e incluso los estados de ánimo. Que se pueda regresar masivamente a los estadios de fútbol ha abierto la veda del todo vale.
En el sector logístico-portuario nos movemos con otro calendario (y si hay que ser preciso diría que incluso con otros deportes como el que practican esos “maduritos del pádel”). Si exceptuamos los primeros meses de pandemia o las condiciones laborales impuestas por la misma en forma de teletrabajo, citas previas y derivados, bien podríamos decir que nuestra actividad profesional (logística) no se ha visto alterada como en otros sectores, absolutamente paralizados durante meses.
Pero esto no ha sido exactamente así para todos. En los puertos conviven muchos colectivos vinculados profesionalmente a otras tantas actividades. Y sí, ha habido tráficos, como los cruceros, que durante estos meses han sufrido un verdadero mazazo.
Los que tenemos la suerte de poder ver el mar todos los días hemos detectado que la presencia de estos buques se ha multiplicado en las últimas semanas. Tan acostumbrados estábamos a su silueta en el skyline portuario que solo nos hemos percatado de su ausencia cuando hemos vuelto a sentir su presencia.
Estoy plenamente convencido que desde aquellas oficinas del sector en las que se puede contemplar un cachito de puerto, también se han percatado de que la “normalidad” va regresando en forma de crucero y de los muchos cruceristas que merodean en torno a las zonas de confluencia entre el puerto y la ciudad.
Tan acostumbrados estábamos a su silueta en el skyline que solo nos hemos percatado de su ausencia cuando hemos vuelto a sentir su presencia
También lo habrán notado, sin duda, los muchísimos negocios locales que acogen con máxima alegría los dispendios del turista desahogado que durante sus vacaciones no piensa reparar en tonterías. Esos pequeños empresarios que no se suman a la nómina del empleo directo generado por un puerto, pero que sin duda pertenecen al grueso elenco de los inducidos… y olvidados, por cierto, de los que pretenden minimizar el impacto económico de un puerto.
Ya digo. Tenemos fútbol, tenemos cruceros… ¿Qué nos falta? (pueden abstenerse a contestar los que encabezan el reparto de “En busca del equipo perdido” y de su secuela, “Ya tengo equipo, ¿y ahora qué?”). Pues lo que falta, sin duda, es que se celebre una fiesta de la logística de las que organiza Diario del Puerto.
Y nos hemos propuesto firmemente cumplir con la parte que nos toca para regresar a la normalidad (esta vez sin comillas). Así que el 11 de marzo de 2022 lo vamos a dar todo en nuestro tradicional Concurso de Paellas, ya lo anunciamos hace unos días. Luego será el turno de la Fiesta de la Logística de Barcelona, la Buti Buti, el 27 de mayo. Y así con todo lo que se nos ponga por delante.
Porque seguimos pensando que estas fiestas son los eventos logísticos más importantes del calendario. Democratizan porque nos igualan a todos, no discriminan, no anteponen, no protocolizan… Todos tenemos la oportunidad de participar en ellas con la única condición de olvidarnos de los problemas que llevamos cada día en la mochila.
El 11 de marzo de 2022, cuando esté a punto de cumplirse el segundo aniversario de aquel fatídico 14 de marzo de 2020 en el que se decretó el estado de alarma, vamos a demostrar lo grandes que somos en este sector. Os espero a todos.