A la espera de que se viertan los contenidos de BNEW, el evento, “en se y per se” que decía mi idolatrado Pepe Rubianes, es ya algo digno de análisis y estudio. Ha levantado concreta expectación conocer los mensajes que los expertos van a poner a disposición de los inscritos, pero tanto o más interés ha generado el constatar cómo se desarrolla finalmente el evento en sí mismo.
Parte BNEW siendo ya ejemplo de qué se puede hacer cuando la crisis más aguda amenaza con oscurecerlo todo. El certamen es una forma de enseñar a emprender… emprendiendo. Todo el mundo estará pendiente de Barcelona New Economy Week, por tres motivos: por los contenidos que aporten los conferenciantes convocados, por el estudio de tan rompedora forma de comunicación, y (alguien tendrá que decirlo) por ver si lo que se han atrevido a hacer el equipo de Pere Navarro y Blanca Sorigué, presidente y directora general de CZFB, falla en algo o en todo. En un mundo tan inclinado a eso de “que inventen otros”, a algunos les produce un cierto regusto ver cómo fracasan los demás en lo que no se han atrevido a hacer ellos. Este tercer componente de interés quedó casi totalmente despejado en la rueda de prensa celebrada el pasado miércoles en Barcelona. En la puesta de largo definitiva de este macro evento ya se vio que los riesgos son muchos, pero también se verificó que, hasta ahora, todos se han traducido en aciertos. La fórmula de comunicación multicanal funcionó como un reloj. Sin sobresaltos ni sorpresas. Ya solo falta confirmar que el evento, que se desarrollará del 6 al 9 de octubre, se hará en los mismos términos.
Si estamos en un momento en el que hasta los coches se están comprando por internet, ¿Quién puede decir cómo se harán negocios en el futuro? Lo que sí está claro ese que BNEW está sólidamente posicionado, listos para enfrentarse a lo que venga, ya sean gigantes o molinos.
Se van despejando casi todas las incógnitas de BNEW. Pero no hay que olvidar que cuando se comenzó a delinear esta loca idea, en el punto más crudo de la crisis del Covid, no había precedente en el que mirarse. Había que saltar y luego ver si había agua. No se sabía si se apuntaría alguien. De momento hay 8.000 usuarios inscritos de 91 países. Ni idea sobre los apoyos que podrían recibir. Hay 52 empresas e instituciones apoyando la iniciativa, y siguen entrando. Tampoco estaba garantizado lo de conseguir los emisores adecuados en cantidad y calidad. Un total de 538 expertos han aceptado compartir su punto de vista. Hoy, esta auténtica quijotada es ya un éxito, antes de que empiece. Comparto mucho de los pensamientos de Tom Peters, gran referente en gestión de empresa. Estoy de acuerdo en que hay que premiar los grandes fracasos y castigar los pequeños éxitos. Hay que intentar grandes cosas. Salgan como salgan. Si no nunca cambiaremos nada. BNEW es ya, hoy, un gran éxito.
El futuro irá hacia ferias de muestras en las que prime de nuevo el contacto directo y el poder palpar el producto. O no. Puede que sean híbridas, con comunicación presencial y a distancia. O no. Si estamos en un momento en el que hasta los coches se están comprando por internet, ¿Quién puede decir cómo se harán negocios en el futuro? Lo que sí está claro ese que BNEW está sólidamente posicionado, listos para enfrentarse a lo que venga, ya sean gigantes o molinos.