La Unión Europea no ha permitido las famosas ayudas para compensar a los operadores ferroviarios por el impacto en sus tráficos de las incidencias operativas en la red. El objetivo era loable. Ahora bien, sin entrar en los argumentos contrarios que haya podido plantear la Comisión Europea, no tenía una vez más sentido alguno el tener como beneficiario finalista al operador, cuando el realmente perjudicado y al que hay que incentivar es al cliente.
En cualquier caso, en estos últimos días hemos observado con toda su crudeza como las obras de mejora en curso en la red ferroviaria serán pan para mañana, pero para hoy el hambre que generan es dramático.
Ahí tienen a tmZ y cómo de una semana para otra ha perdido ni más ni menos que el 75% de sus circulaciones debido a las obras en el Corredor Mediterráneo pero, sobre todo, debido a la mala planificación en la asignación de surcos fruto de esas obras. ¿Cómo vamos a tener fe en 2030 si nos pegamos un tiro en el pie un día sí y otro también?