Serán cosas de la edad (de la edad madura), que hace que todo nos parezca que avanza a un ritmo cada vez más acelerado, más difícil de aprender y aprehender. Cambian las convenciones y modelos que se presuponían perennes caducan con anticipo, abriéndonos a nuevas formas de acción. Nada que no supiéramos. Ya lo dijo Heráclito hace más de 2.500 años: “todo fluye, todo cambia, nada permanece”. Aún así, los cambios nos cogen a menudo con el pie cambiado, como al portero que no adivina el último amago del delantero rival y ve colarse el balón en la portería. Así, sin apenas capacidad de reacción, se produjo el anuncio del relevo en las presidencias de los puertos de Bilbao y Pasaia, sólo el segundo ya oficial.
Se vienen nuevos tiempos en los dos puertos vascos de interés general. Lo confirman los perfiles de sus futuros responsables, acordes a las ideas renovadoras del lehendakari Imanol Pradales, quien está imprimiendo su sello personal en muchos nombramientos realizados desde su entrada en Ajuria Enea el pasado verano en busca de perfiles innovadores para cargos habitualmente confiados a perfiles políticos.
Desde que tengo relación con el ámbito marítimo-portuario llevo escuchando la reivindicación de que la presidencia de una autoridad portuaria debe ser ejercida por un profesional del sector, por una persona con conocimiento profundo y directo del mismo. Seguramente estén en lo cierto. Pero los tiempos cambian y los actuales son especialmente complejos, alejados de pautas anteriores. No se trata sólo de esta permanente revolución tecnológica que vivimos como un rayo que ni cesa ni se agota, que nos ciega la visión de un futuro ya apenas predecible. Es el mundo entero, de arriba a abajo, lo que cambia.
Llevamos años hablando y tratando de convencernos de que los puertos son “ecosistemas de innovación”. Lo son cada vez más, al menos en lo tecnológico. Pero es necesario que la innovación llegue también al corazón de la gestión, como defiende Puertos del Estado en su Marco Estratégico y promueve en la llamada Escuela de Liderazgo de la UIMP con el fin de “contribuir a la formación de los actuales líderes portuarios para que actúen como agentes del cambio”.