El tenebrio molitor es un escarabajo del tipo,digamos, cucarachero, es decir, su contemplación no provoca especial fascinación ni por su forma, ni por sus colores, ni por su actividad, pues ante todo da bastante asquito al ser muy semejante en los andares a las cucarachas.
Ahora bien, el tenebrio molitor es, en su periplo evolutivo, antes que escarabajo una apasionante y apasionada larva que genera fascinación industrial y culinaria en este futuro apocalíptico donde las megaproteínas se antojan como un valor seguro.
Sabiamente manipulado para prolongar su periodo larvario, el tenebrio molitor se consagra así como “gusano de la harina”, nombre coloquial de este superalimento ya autorizado por la UE y criado en macrogranjas a base de salvado. La más grande del mundo estará en el Puerto Seco de Salamanca, dada la profunda vocación granelera e industrial de esta infraestructura con enorme potencial intermodal. Es curioso que hasta lo más futurista antes o después se rinde a la logística.
Por cierto, ya me gustaría como buen suricata haber degustado tenebrios, pero menos mal que soy una modesta metáfora...