Menú
Suscripción

Riesgo, incertidumbre y pronósticos

  • Última actualización
    12 febrero 2024 16:48

Pronosticar es uno de los primeros pasos en la planificación de cualquier organización. Orienta sobre los escenarios posibles a corto, medio y largo plazo, lo que permite preparar la asignación de recursos considerando diferentes variables, incluidas las atípicas.

Aunque ya avanzamos hacia la mitad del mes de febrero, aún nos encontramos en esa época del año en el que abundan las predicciones de todo tipo para lo que queda del ejercicio. El interés por las predicciones, en especial las económicas, aumenta a principios del año y se manifiesta en los múltiples análisis sobre las tendencias que se vislumbran, detrás de las cuales se supone que existen estimaciones formales.

Como se enseña en la Facultad, la evolución económica es producto de la interacción de millones de personas que responden, en diferentes lugares y maneras, ante un sinfín de eventos, como variaciones en las decisiones económicas y políticas de los gobiernos, o eventos fortuitos, como fue la pandemia de COVID-19 o, en estos momentos, especialmente para la industria logística, las guerras de Ucrania y Gaza, con su extensión al Mar Rojo.

Llevamos ya varios meses, incluso años si nos remontamos a fenómenos como el incidente del “Ever Given”, hablando de riesgo e incertidumbre como dos conceptos que mejor definen el panorama global actual.

Hace un siglo, el economista estadounidense Frank Knight teorizó sobre la diferencia entre el riesgo y la incertidumbre en su obra “Riesgo, incertidumbre y beneficio”. El riesgo es “una cantidad susceptible de medición” y aunque no se tenga conocimiento de un resultado preciso, puede calcularse la probabilidad de algunos resultados más posibles. Por su parte, incertidumbre significa que no existe suficiente información para reducir incluso las posibilidades.

La logística se desenvuelve en una “incertidumbre knightiana”, en un entorno de riesgo no medible que ha dejado de ser una excepción para convertirse en norma

Por ello, cuando una situación “no es susceptible de medición” los economistas hablan de “incertidumbre knightiana”. No hacen falta muchas más explicaciones para caer en la cuenta de que, también en lo que respecta a la cadena de suministro global y el transporte marítimo, vivimos en los tiempos más inmensurables de la historia, en una “incertidumbre knightiana”, un entorno de riesgo no medible que ha dejado de ser una excepción para convertirse en norma.

Según Knight, el proceso económico se determina, mayormente, por la incertidumbre, que carece de bases objetivas para su valoración y se basa en adivinanzas en las que cualquier punto de vista es tan válido como otros.

Hace unos años, un epidemiólogo estadounidense colaboró con una compañía alemana de reaseguros para crear un seguro contra pandemias. La póliza se presentó a fines de 2018, pero los potenciales clientes consideraron que era demasiado costosa para un evento tan poco probable. Cuando la pandemia se extendió en 2020, era demasiado tarde para comprar la póliza.

Este ejemplo muestra la necesidad de mejorar la evaluación y la gestión de riesgos, logrando un equilibrio en las cadenas de suministro entre el just in time, más barato pero menos flexible, y el just in case, más resiliente pero más costoso, teniendo en cuenta al mismo tiempo las condiciones comerciales y logísticas. Lograr este nuevo equilibrio entre el riesgo y la resiliencia cuando existe tanta incertidumbre es un desafío que ha llegado para quedarse. Pero los pronosticadores seguirán haciendo caja. Aunque lo suyo se trate más de un juego de adivinanzas en el que la Inteligencia Artificial poco podrá aportar.