“El mayor riesgo en tiempos turbulentos no es la turbulencia; es actuar con la misma lógica de antes”. Esta cita atribuida al austríaco Peter F. Drucker, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX, introdujo en el programa de la Semana Portuaria de la UIMP de Santander, la importancia del nuevo Marco Estratégico del sistema portuario español como hoja de ruta para la modernización y adaptación a los cambios del sector.
Es precisamente el mismo escenario del Palacio de la Magdalena que acoge la Semana Portuaria, donde en el verano de 2020 vio la luz verde el Marco Estratégico, y donde la pasada semana se reunieron directivos, ejecutivos y profesionales del sector logístico-portuario, tanto del ámbito privado como público, incluyendo directivos de varias autoridades portuarias, además de miembros de la comunidad científica y académica, estudiantes (los líderes del futuro, recordemos) y quien esto firma.
El desafío de la colaboración tecnológica entre puertos y ciudades; la adopción y uso de la Inteligencia Artificial en los puertos; los riesgos, adaptación y resiliencia de los puertos al cambio climático, y la innovación como prioridad estratégica, fueron los cuatro grandes bloques temáticos que estructuraron un programa que giró alrededor de los grandes ejes del Marco Estratégico y que presentan un profundo impacto transformador para el sector, que, entre otras cuestiones, requiere de la renovación de su mentalidad.
Especialmente sugerentes fueron las charlas (“conversatorios”, en el término utilizado) protagonizadas por representantes portuarios como el presidente de Puertos del Estado, Álvaro Rodríguez Dapena, o de los ámbitos de la filosofía, la economía y la empresa, acerca del desafío que representa la innovación, y que dio forma a la primera edición de la “Escuela de Liderazgo” de la Semana Portuaria de la UIMP.
Esta iniciativa de Puertos del Estado y la AP de Santander quiere erigirse en una experiencia de aprendizaje alineada con las temáticas y problemáticas contempladas en el Marco Estratégico con el fin de aportar a los líderes portuarios ideas y enfoques frescos, novedosos, desafiantes; capaces de inducir tanto a la reflexión y el debate, como inspirar, alentar e inducir a la acción.
Es una lástima, como en tantos cursos y jornadas como la celebrada en Santander, que los representantes políticos sólo asistan a las inauguraciones para salir en la foto y no participen en debates en los que se lanzan mensajes y reflexiones de calado.
Según el actual ordenamiento, el único requisito legal para la designación del presidente de una Autoridad Portuaria es que los nominados sean “personas de reconocida competencia profesional e idoneidad”, un concepto jurídico impreciso cuya interpretación queda al albur de los gobiernos de las CC.AA. y que sigue un criterio subjetivo, en el que puede primar la lealtad a un partido político sin necesidad de justificar de forma objetiva su profesionalidad e idoneidad, además de no evaluarse los resultados en la gestión bajo el principio del interés general.
¿Es mucho pedir que se añada un requisito más?: “El presidente de la Autoridad Portuaria será designado y separado por el órgano competente de la Comunidad Autónoma o de las Ciudades de Ceuta y Melilla, entre personas de reconocida competencia profesional e idoneidad, y que aporten ideas y enfoques frescos, novedosos, desafiantes y motivadores, capaces de inspirar, alentar e inducir a la reflexión y la acción”.
Lo sé, sigue siendo un requisito vago y subjetivo, pero tal vez haga que el responsable de la designación se lo piense dos veces... y atine en el nombramiento.