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¿Tenemos conflicto en el Mar Rojo para largo? Hagan juego

  • Última actualización
    01 julio 2024 10:31

La consultora Drewry ha publicado recientemente un informe sobre la situación del Mar Rojo en el que, entre otras cuestiones, recoge los resultados de una pequeña encuesta realizada entre sus clientes en la que pregunta sobre el fin de esta crisis geopolítica y el restablecimiento de las rutas por el Canal de Suez.

Sólo el 17% de los 90 encuestados considera que el fin de los desvíos por el Cabo de Buena Esperanza se producirá antes de que acabe el año, mientras que la opción más plausible, según las respuestas, es la del segundo semestre de 2025 (con el 60% de los votos). La tercera opción más votada, después del segundo semestre de este año, fue la del segundo semestre de 2025. Los más pesimistas (un 3%) creen que no habrá luz hasta finales de 2026.

Obviamente, estos resultados no son más que un brindis al sol que se apoya casi exclusivamente en unas previsiones basadas en la experiencia y las expectativas deseadas que tienen poco fundamento diplomático. Nadie sabe con certeza cómo van a evolucionar las conversaciones, por lo que es tan posible que el conflicto se cierre el mes que viene como dentro de 12 meses.

En paralelo, lo que son las cosas, se está produciendo un aumento generalizado en los volúmenes de tráfico. Para compensar la mayor duración de las rutas por el Cabo de Buena Esperanza y dar respuesta a este incremento de la demanda, las navieras han activado más buques en las rotaciones, pero la realidad es que no han conseguido incrementar su capacidad debido a la menor eficiencia de los viajes.

Nuestro sector tiene que buscar la eficiencia en la inestabilidad y el cambio

Los volúmenes no se van a contener en el corto plazo y determinados cargadores van a anticipar campañas ante posibles imponderables o situaciones inesperadas que hagan peligrar los compromisos de entrega de las mercancías.

Una de las principales conclusiones, como recoge Drewry en su informe, es que los cambios en la cadena motivados por crisis del Mar Rojo aún no se han completado. Yo añadiría que, en un mercado global expuesto a la incertidumbre y a las condiciones cambiantes de la economía y de la sociedad, es casi imposible normalizar una situación.

En resumen, nuestro sector tiene que buscar la eficiencia en la inestabilidad y el cambio. Quedarse parado a verlas venir o a la espera de que una situación retorne a su hipotético estado primigenio, es jugarlo todo a perder.

Y de la misma forma que nos adaptamos a las circunstancias, hay que estar preparado para afrontar un cambio radical de un día para otro. Los puertos que ahora se “benefician” de los desvíos por Buena Esperanza (que no son pocos y no nos son nada ajenos), pueden perder ese extra casi de un día para otro. Edificar ahora sobre una situación coyuntural es un riesgo demasiado grande que nadie debería asumir.

Aprovechar las circunstancias, sí; aprovechar la coyuntura para vender humo y ponerse medallas, no. Ya saben, y esto es de primero de gestión empresarial, que atribuirse los éxitos implica quedarse también con los fracasos que puedan llegar, así que la clave está en minimizarlos.

Soy consciente de que perfectamente hoy mismo me puedo tragar el titular que encabeza esta columna, pero por seguir con el rollo de la encuesta de Drewry, como además es gratis opinar, yo me inclinaría por un cambio en la situación en el Mar Rojo entre finales de este semestre y principios del que viene. Veremos cómo se me da de pitoniso...