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Un año de zozobra

Incertidumbre, duda, intranquilidad, sobresalto, zozobra, desazón, inquietud, preocupación, indecisión, desasosiego,  vacilación, indeterminación, inseguridad, confusión, suspense, intriga, perplejidad, recelo... son todas ellas palabras perfectamente aplicables a lo que está siendo este inicio de año 2019 para el sector logístico.

  • Última actualización
    15 febrero 2019 11:09

Empresas y profesionales que operan en este ámbito se enfrentan en estos primeros compases del ejercicio a un considerable número de problemas que están marcados por una total incertidumbre. Por un lado, nos encontramos con el culebrón del Brexit, que no sabemos cómo acabará. O ni siquiera si acabará o no. Al respecto, se desconoce si, realmente, la Aduana española estará o no preparada para, el día 0 a la hora 0, poder gestionar las mercancías con origen o destino Reino Unido de forma diligente. No hay nada claro sobre el tema y los operadores esperan impacientes.

Al parecer, algunas aduanas del norte de Europa –otra vez el dichoso norte– ya se han puesto las pilas y estamos más avanzados que nosotros con los preparativos. Pero tampoco está muy claro que todas las aduanas europeas vaya a saber cómo funcionar con estas mercancías cuando llegue la Hora D.

También está lleno de incertidumbre todo lo que hace referencia al famoso Anteproyecto de Ley de Lucha contra el Fraude, una normativa que ha logrado levantar en armas –permítanme la expresión los afectados, no se me molesten– a los representantes aduaneros de este país, aliados con los transitarios.

De pasar de Anteproyecto a proyecto y, posteriormente a ley, se va a formar un sidral. Ténganlo claro. Aunque respecto a esta aprobación o no también hay una gran incertidumbre.

Mientras escribo estas líneas, el presidente del Gobierno aún no ha anunciado si habrá o no elecciones en breve –aunque en este momento todo hacía presagiar que sí y ustedes, cuando las lean, ya lo sabrán–. Si no las hubiera, el anteproyecto seguiría su curso. Aunque con la incerteza de si se ha modificado o no su redactado. Si las hubiera, el anteproyecto se quedará en eso, en anteproyecto. Aunque el Gobierno que se forme tras las elecciones podría decidir seguir adelante con él. Más incertidumbre.

Y por si estos dos frentes abiertos no fueran suficientes, les recuerdo que seguimos pendientes de resolver de forma definitiva el tema del sector de la estiba en España. Con patronal, sindicatos y Gobierno alcanzando pactos y cerrando acuerdos, ¿llegarán a tiempo para dejar finiquitada la reestructuración necesaria del sector para adecuarnos a todas las demandas que llegan de Europa?

Otro punto de desasosiego e  intranquilidad que añadir al repertorio.

Y podríamos seguir añadiendo problemas a la lista: la inestabilidad del sector del transporte terrestre de contenedores en los puertos, con la espada de Damocles de una huelga que en cualquier momento puede volver a caer,;los peligros que acechan en el exterior con Trump y China como grandes protagonistas de una opereta que puede llevar al mundo a una cruenta guerra comercial; o la revuelta de los puertos pequeños contra los grandes como no les guste el nuevo marco que debe surgir tras el análisis en profundidad del actual que ha iniciado Puertos del Estado.

Como ven, muchos son los frentes y cuantiosas las incertidumbres. Y eso es lo peor. Un conflicto, cuando se tiene claro el problema, se puede enfrentar. La incertidumbre, en economía, es lo que más asusta.