El 21 de febrero el Gobierno de Estados Unidos emitió una Orden Ejecutiva para reforzar la seguridad de sus puertos, junto con una serie de acciones adicionales para fortalecer la ciberseguridad marítima, las cadenas de suministro y la base industrial de Estados Unidos.
La Administración Biden-Harris también anunció su intención de devolver la capacidad de fabricación nacional a Estados Unidos para suministrar grúas seguras a sus puertos, gracias a una inversión e más de 20.000 millones de dólares en infraestructura portuaria nacional en el marco de la “Agenda de Inversión en Estados Unidos” del presidente Biden. Estas acciones, que incluyen el traslado a Estados Unidos de la capacidad de fabricación de grúas portuarias por primera vez en 30 años, reconociendo a la empresa Paceco como socio de confianza, son claros ejemplos de los esfuerzos de la Casa Blanca para fortalecer las cadenas de suministro del país, abordando especialmente los riesgos de la cadena de suministro resultantes de amenazas y vulnerabilidades en los puertos estadounidenses, que apuntan directamente a China.
Informaciones como ésta en tiempos marcados por graves conflictos internacionales, hacen surgir preguntas sobre el papel de la globalización. Mientras algunas de las tensiones sobre la globalización se han aliviado, otras se han intensificado.
Así, las perturbaciones causadas por la pandemia son ya cosa del pasado y sus consecuencias económicas están remitiendo. Pero la ONU alerta ahora sobre el mayor número de conflictos violentos desde la Segunda Guerra Mundial, y la rivalidad geopolítica por tecnologías clave sigue aumentando, como lo muestra la estrategia de Estados Unidos para reforzar la seguridad de sus puertos.
Regionalización, nearshoring, acortamiento de las cadenas de suministro... El debate globalización-desglobalización está servido
Regionalización, nearshoring, acortamiento de las cadenas de suministro... El debate sobre la globalización y la desglobalización está servido. ¿La globalización está en retirada o no? En caso afirmativo, ¿en qué medida y cuáles son las consecuencias para la cadena de suministro? No son preguntas fáciles de responder, sobre todo porque hay definiciones contradictorias de la globalización, que dan lugar a formas distintas de medirla. Así, un reciente estudio del Banco Mundial, basada en una nueva definición, sugiere que la globalización sigue vigente.
También una multinacional logística como DHL lo cree, según su Informe de Conectividad Global 2024, que analiza el estado y la trayectoria de la globalización y concluye que la globalización alcanza máximos históricos pese a la pandemia y la geopolítica, con los fuertes flujos internacionales de comercio, capital, información y personas desafiando la desglobalización. El informe muestra que la globalización alcanzó su máximo en 2022 y se mantuvo en 2023, a pesar de eventos mundiales en la última década como la pandemia, las guerras en Ucrania y Gaza, el conflicto comercial entre EE.UU. y China, y el Brexit.
No sé que pensaría de todo esto Marshall McLuhan, el primer teórico que en 1964 habló de la idea de Aldea Global y preconizó la globalización. La transformación del mundo en una gran aldea, transformó también, según McLuhan, nuestros comportamientos en los típicos de un aldeano. Pero como recuerdo decir, hace ya muchos años, a un viejo aldeano, un aldeano de verdad, de aldea, de caserío de la Bizkaia profunda: “Aldeano, sí, pero tonto no, ¿eh?“. Como vecino de esta Aldea Global , no puedo más que apelar al viejo aldeano. Que la globalización no nos haga aún más tontos. Demasiados somos ya.