Aunque siempre que se escribe de la ZAL del Puerto de Valencia hay que mantener cierta cautela, no es menos cierto que de un tiempo a esta parte todo parece fluir de manera diferente, pese a los intentos reiterados de dinamitar de nuevo el proceso y eternizarlo más si cabe. En cierto modo, el hecho de que las máquinas ya estén trabajando en la adecuación de la parcela que en su día se adjudicó a Medlog (MSC), supone una suerte de garantía que en este país siempre ha sido muy valorada: “Tú tira adelante que ya si eso...”.
No es el caso. El visto bueno al inicio de las obras por parte de MSC se produjo con luz y taquígrafos, con todos los permisos necesarios y amparada bajo la legalidad. Y aunque, como decía, siempre hay que ser cautos cuando se habla de la ZAL de Valenciaport, no me cabe ya en la cabeza otra posibilidad que en los próximos meses asistamos a la inauguración oficial de las primeras instalaciones de esta zona logística.
El mercado lo sabe, por lo que no es de extrañar que en el momento en el que se ha abierto la comercialización de nuevas parcelas, el interés por parte de numerosos operadores ha sido evidente. Finalmente, ese interés se ha materializado en la presentación de cuatro ofertas que optan a tres de las parcelas disponibles que suman una superficie conjunta de más de 94.731 metros cuadrados.
Al final se abre paso el sentido común
Tal y como adelantó el martes este Diario, las cuatro propuestas pertenecen a las empresas Promociones Nederval, Accolade, Trans Italia y Maltransinter (COSCO Shipping Ports Terminal). Las dos primeras son firmas que se dedican a la gestión de espacios logísticos, mientras que las dos últimas son conocidas empresas que desarrollan su actividad en el sector, la primera dedicada al transporte intermodal y la segunda al ámbito de la gestión de las terminales portuarias. Mientras que Nederval y Trans Italia optan a parcelas diferentes, COSCO y Accolade van a pugnar por el mismo espacio. En todos los casos, el desarrollo de cada uno de los proyectos será decisivo en la adjudicación final y, como saben, se va a tener muy en cuenta la adopción de medidas que contribuyan a la reducción del dióxido de carbono, el empleo de fuentes de energía alternativa y el compromiso adquirido de implementar medidas que contribuyan al cuidado medioambiental a través de la eficiencia energética y de la sostenibilidad, además de la generación de empleo de personas del entorno de Nazaret, entre otras cuestiones.
No voy a recordar ahora el interminable proceso que ha tenido que vivir la ZAL; las miles de horas invertidas en ella y los denodados esfuerzos para que el proyecto saliera adelante... casi equivalentes a los empleados en dinamitar cualquier avance, por cierto.
Pero al final se abre paso el sentido común. Una vez se urbanizó la zona, no había otra opción posible que seguir adelante con todas las consecuencias. Por más que se haya demonizado este proyecto logístico de primer nivel, nos encontramos también frente a una nueva fuente de generación de empleo y riqueza, una vía para contribuir al progreso de un barrio especialmente vinculado al desarrollo portuario y, especialmente, del sector logístico.
Conviene que realicemos una triple lectura de la buena noticia que supone este proceso de adjudicación. La ZAL está viva y va a culminar su proyecto; los profesionales de VPI Logística (primeros sufridores de la sinrazón) van a ver recompensados sus esfuerzos (muchas veces no reconocidos) y, lo que son las cosas, el hecho de que el Puerto de Valencia tenga la suerte de contar con una empresa tractora de la envergadura de MSC, implica una serie de desarrollos y evoluciones en paralelo que no siempre son cuantificables o advertidos. No lo olvidemos.