Dicha alarma se acciona al romper el cable alterando automáticamente un dígito de control del tag RFID. En el momento de la lectura, el precinto informa de que ha sido manipulado, aunque se vuelva a intentar colocar el cable en su sitio.
De esta forma, la información se traslada de forma inmediata a la base de datos, donde queda registrada la incidencia en el precinto, convirtiéndose así en una herramienta que mejora la seguridad portuaria.
Además de su alarma de manipulación, el precinto de seguridad RFID Harbor-Lok es estanco a la humedad, protegiendo así todo el sistema electrónico.
Además, ofrece posibilidad de marcaje láser en el exterior, entre cuyas ventajas está su gran resistencia y su alta protección frente al riesgo de falsificación.
Ofrece distancia garantizada de lectura de 6 metros aunque, dependiendo del entorno, la orientación y de la infraestructura de los lectores y antenas utilizados, su lectura puede llegar a más de 8 metros.
Además tiene resistencia mínima a la tracción de 30 kilos.
Entre los sectores de aplicación destaca el transporte de mercancías marítimas y terrestres, el transporte de fondos y de contenedores.